Capitulo 4

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-Buenas noches señorita, valla al parecer volvemos a vernos.-Sonrió el jóven alegremente.

-Buenas noches caballero. Si, eso parece.-Devolví la sonrisa.

-Nunca imaginé que usted participaría en estas cosas.

-Bueno, es que en realidad no me conoce.

-Ahora entiendo aquel dicho el cual dice que las apariencias engañan.-Me reí, sin darme cuenta cojí el mechón que se encontraba tapando mi ojo derecho y lo coloqué detrás de mi oreja. Aquel desconocido se quedó observando mi acción.

-Yo le aconsejaría quitarse el audífono. No querrá ser descalificada, ¿verdad?.-¡Diablos! Se me había olvidado por completo. Apoyé mi cabeza en el volante, estaba segura de que se lo contaría a Lukas y este por obligación me tendría que descalificar.

-Oh muy buena, Watson.-Escuché a Luke hablando irónicamente por el audífono. Lo ignoré.

-Descuide.-Habló el desconocido.-No le diré nada a nadie si se lo quita.-Sonríe divertido.

-Si me lo quito perderé cinco mil dólares. ¿Me ve usted con cara de que me sobre dinero?

Ántes de que aquel hombre respondiera, Katy levantó una bandera blanca, lo más alto que pudo.

-Yo la ayudaré a ganar.-Acercó su mano a mi oreja y quitó bruscamente el audífono, después de aquello me extendió de nuevo aquel instrumento indicándome que me lo guardara y eso mismo hice.                                                                                                                                                                     Volteé mi cabeza hacia la izquierda, observé que Leo, uno de los participantes, me estaba mandando una mirada de superioridad. Casi podía ver el símbolo del dolar en sus ojos.

-Tres...-Comenzó a contar la jóven.

-Siga mis ordenes y todo saldrá bien, se lo prometo.-Me informa el copiloto.

-Dos...-Los motores comenzaron a rugir.

-¡Uno!-Gritó la jóven bajando de un golpe la bandera. El público comenzó a gritar alocadamente. Los nueve vehículos salimos despegados del lugar, pude imaginarme las huellas de los neumáticos dejando marca en la tierra.

Iba la quinta en aquella interminable carretera, aceleré a 210km/h esquivando los coches de los desconocidos que intentaban seguir la ley de conducir con seguridad. El estrés se apoderaba de mi, no paraba de escuchar insultos de sus partes.

-Apriete el botón azul de la radio, por favor.-El chico cumplió mi petición y de la radio comenzó a sonar una de mis canciónes favoritas. Sin despegar la vista de la carretera subí el volumen.

-¿Cómo se llama la canción?-Preguntó gritando mi compañero, con la música a tan alto volumen apenas se le oía.

-Thrift shop.-Respondí. Me sorprendió que no la conociera pues era muy conocida en Miami.

Aceleré a 240km/h llegando a alcanzar dos concursantes.

-¿Le gusta?-Pregunté segura de la respuesta.

-Oh, por supuesto.-Comencé a reírme.

Porfín habíamos llegado al final de la carretera.

-Coja la rotonda, siga adelante y después gire a la izquierda.-Obecedí sus ordenes, mis contrincantes habían decidido ir todos por la derecha. Si no hubiese sido por este chico yo también lo hubiera hecho.

Sweet & PainfulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora