Una (mala) noticia

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Al verla así, un impulso recorrió mi cuerpo y corrí hacia mi amiga, resbalándome por poco, y le di un gran abrazo. Gigi no me rechazó, sino que lloró aun mas fuerte en mi hombro.

Le dejé un minuto para calmarse, y después le pregunté:

-Se puede saber que ha pasado? Dímelo, y te prometo que buscaremos una solución.

-No puedes... No hay nada que puedas hacer...- Dijo entre sollozos.

-Que tal si me lo cuentas?- Propuse.

-Dean a roto conmigo.

Una sensación extraña me recorrió el pecho. Era un sentimento extraño, una mezcla de alegría y tristeza. Ver a Gigi así me destrozaba, pero no podía evitar sentirme aliviada por la noticia que me acababa de dar. Dean no era nada positivo en la vida de Gigi, y yo sabía que su relación no iba a ninguna parte, así que me alegro mucho de que lo hayan dejado.

Puse mis sentimientos a un lado y le di un fuerte abrazo a mi amiga.

-Escucha... Sé que ahora mismo estás muy triste, pero tienes que saber que la mitad de los chicos de este instituto,-señalé la puerta por la que previamente había salido- se morirían por estar contigo.

Mis palabras no consolaron a Gigi, cuyas lágrimas seguían cayendo por su sonrojado rostro.

Levanté la vista al cielo, sin saber muy bien que hacer. En ese instante, salio por la puerta nuestro amigo Theo.

Theo es amigo de Gigi y mío desde que eramos niños, los tres somos inseparables. Él es un año mayor que nosotras, por lo tanto tiene 17. Su físico es espectacular. Tiene los ojos marrones, pero no como los míos, oscuros y apagados, sino que mucho más brillantes. Tiene una piel bronceada, y su muscoloso torso es el resultado  de largas horas en el gimnasio. Su pelo es de igual color que el mío: castaño claro.

Más importantemente, es uno de los chicos más inteligentes que conozco. Tiene mucho sentido del humor, pero es muy sensible, aunque no lo aparente. Debido a su apariencia física, muchísimas chicas de todas las edades le persiguen por los pasillos, cuchicheando y riéndose a sus espaldas. Theo se lo toma bastante bien, incluso se siente alagado. Por muy difícil de creer que resulte, él nunca ha salido con nadie.

Su reacción frente a Gigi es la misma que la mía. Corre hacia nosotras, deja su mochila en el suelo y acerca su mano a la cara de Gigi, levantándole la barbilla y mirándole a los ojos.

-Que te ha pasado?- Su tono de voz es suave pero a la vez firme- Dime que te han hecho.

-Ha sido Dean.-Contesta Gigi- Ha roto conmigo porque dice que se ha aburrido de mí.

No sabía que haría Theo, pero desde luego no me esperaba a que acercase a Gigi a si mismo y le diese un abrazo. Y mucho menos un abrazo tan largo.

Al cabo de unos instantes, me aclaré la garganta. Mis amigos se separaron el uno del otro y me miraron.

-Creo que eso demuestra lo estúpido que es. Desde luego no merecía que fueses su novia.- Digo dirigiéndome a mi amiga, que ha cesado de llorar.

-Si, desde luego.- Afirma Theo.

Si hay alguien que odia más a Dean que yo, es Theo. Me doy cuenta de que esta sonriendo. Le lanzo una mirada de reproche, y la sonrisa se le borra de la cara. Nuestra amiga todavía sigue deprimida, así que más le vale tomárselo en serio.

-Venga, Gigi, vámonos.-Le cojo de la mano y la arrastro conmigo hacia la salida del recinto.

-Hasta mañana, Theo.

Nos despedimos de nuestro amigo, que tiene a continuación un entrenamiento de fútbol, por lo cual se queda a comer en la cafetería del instituto.

Gigi y yo solemos ir a nuestras respectivas casas a comer, pero hoy le propongo algo distinto:

- Que me dices de ir al McDonald's? No queda muy lejos de aquí.

Mi amiga asiente con la cabeza, se ve que todavía no tiene ganas de hablar.

Yo en cambio pienso tener una larga conversación con ella en cuanto hayamos comido.


Un viaje inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora