II.

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Cada niño, niña o adolescente entre los 11 y los 17/18 años se sentían emocionados a la hora de volver a Hogwarts, porque mas que un lugar para aprender magia era como un hogar para ellos.

Pero por primera vez en sus años de estudio Christine Windsor no se sentía así.

Su verano -por lejos igual al resto- había sido un ir y venir de actos reales. Entre Galas, Presentaciones, Inauguraciones, entre otras, Christine se había sentido mucho mas abrumada por su futuro.

Aunque ya podía respirar tranquila, estaba en el expreso Hogwarts, sin guardias o paparazzi, sin reglas y ordenes de su abuela, solo ella, su inseparable amiga Liv y el traqueteo del tren que la llevaría a un nuevo año escolar.

Ser parte del mundo mágico tanto como el Muggle le daba a Christine la libertad de presentarse como era, la adolescente perteneciente a la Casa Ravenclaw, con un intelecto y sabiduría por encima del resto.

Muchos incluso habían jurado que era la descendiente de Rowena. 

Aunque esas afirmaciones le alagaban, Christine estaba feliz de que en el mundo mágico no existieran los títulos de Rey, Reina, Príncipe o Princesa. 

Ella podía pasar como cualquier Bruja de su edad aprendiendo a controlar su magia, haciendo amigos y enamorándose.

-Te encuentras muy callada C- Olivia la había sacado de sus pensamientos. 

Christine le dedico una sonrisa a su amiga de la infancia, que -dicho sea de paso- era hija de un duque cercano a su familia.

El rubio cabello de la chica le recordó a Christine la inigualable calidez de su madre -también rubia- 

-Así que Lady D, ya tiene pareja ¿eh?- dijo burlona Liv -En lo personal estoy feliz por ella y creo que todo Londres Muggle lo estará-

-Hasta que se enteren que él es un "prófugo de la justicia"- se mofo la heredera.

Cuando Diana Spencer había presentado a Sirius Black a su primogénita, había esperado cualquier reacción de su parte excepto la emoción que le dio. 

Si bien a Christine nunca le cayeron bien los exnovios de su madre, a Sirius lo había recibido con los brazos abiertos.

Por que ¿Quién mejor para amar a su madre que su primer amor?

-Me llego el chisme que Johnson ahora es tratada como una paria- aseguro la rubia, logrando nuevamente la atención de su amiga - Ravenclaw, Slytherin y sorprendentemente Hufflepuff ahora les hacen la vida imposible a los leones. De nada por cierto-

Liv satisfecha de sus acciones dio otro bocado a su pie de calabaza.

-No tenias que...-

-Nadie se mete con una Princesa- dijo mas seria de lo normal- Hasta las Serpientes saben que tu eres mas importante que ellos y no lo digo yo, escuche a Draco Malfoy darle ordenes a Pansy Parkinson para que Johnson pagara por lo que hizo. Y no acaba ...-

 Christine levanto su mano derecha logrando que Liv callara al instante.

-Espero que este año no hagas que los demás se comporten como un montón de brutos barbajanes-

Sin esperar respuesta Christine se levanto de su asiento y salió del compartimiento. 

Su plan era dirigirse a los sanitarios de mujeres y lograr colocarse su uniforme, pero un alboroto la hizo cambiar de rumbo.

Camino hasta encontrar a un grupo de chicas de Ravenclaw, Slytherin y unas pocas de Hufflepuff que tapaban parte del pasillo y discutían con los integrantes del compartimiento.

-Entonces Johnson este año te comportaras o seguirás siendo una sucia ramera- Pansy Parkinson esculpió tal cual serpiente venosa.

-Ya lárgate Parkinson- hablo harta Alicia Spinnet.

-¡Uhhh! y la defienden- se burlo una Ravenclaw.

- ¿Qué pasa aquí?- 

Los Gemelos Weasley habían hecho su aparición y mientras George se abría paso para llegar a una llorosa Angelina, Fred se había quedado petrificado al ver a Christine.

-Muy bien señoritas, liberen el pasillo o las reportare con los jefes de su casa y no les gustara empezar el año con menos puntos ¿cierto?- Christine llamo la atención de todos, logrando que la voltearan a ver y que Angelina bajara la cara avergonzada.

-Lo sentimos Christine- la voz dulce de Pansy les sorprendió a todos y con una inclinación de cabeza se dispuso a retirarse, no sin antes dedicarle una mirada de advertencia a los integrantes del compartimiento.

Cada una de las chicas que pasaban a su costado izquierdo le regalaban sonrisas de respeto, aunque la heredera no las devolvía o miraba.

Sin ver a nadie Christine siguió su camino. 

Y cuando paso frente a Fred Weasley, su exnovio, pudo sentir como él rozaba su mano en un intento desesperado por detenerla.

Christine no se dejo dominar por sus antiguos sentimientos, había aprendido a suprimirlos y no dándole el poder al Weasley sobre ella, apresuro su andar.

Fred se limito a verla partir, ya mucho daño había hecho y lo sabia. 

Por su parte George se coloco a la par de su gemelo y con sincera lastima y compasión, lo llevo a su compartimiento donde esperaría que Christine Windsor saliera de su mente al menos hasta que el tren llegase a Hogwarts.

Por primera vez un Weasley había deseado no llegar a Hogwarts tan pronto.



Un Amor RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora