Fred Weasley nunca había experimentado ese sentimiento que ahora hacia eco en su interior ni siquiera con su hermanita.
Los celos eran algo que los Weasley al completo no conocían a profundidad, pero Fred sentía que era una nueva y duradera emoción para él.
Se encontraba en la mesa de los leones, en espera del tan ansiado banquete pero lo único que podía hacer es dirigir su mirada hacia la mesa de las águilas que ahora tenían un nuevo integrante del sexto año.
Cuando Dumbledore lo presento como Vladimir Romanov, un estudiante transferido de Rusia, que -según los cuchicheos de los nacidos Muggles- era un príncipe Ruso, lo primero que deseo fue que no fuera seleccionado a Ravenclaw.
No le hacia nada de gracia el simple hecho de ver a su chica -o mas bien exchica- hablar con él con tanta familiaridad que le repugnaba.
La inigualable risa de la Windsor llego a sus oídos, siendo una melodía tan hermosa y única que por un momento había olvidado que no iba dirigida hacia él.
-Puedes bajar el cuchillo Gred, das miedo- le hablo su gemelo, casi logrando que la intensa mirada se alejara de la chica Ravenclaw -Amigo, es hora que lo superes, lo arruinaste, fin del asunto-
George hablaba como si no importara el asunto, algo que sin dudas había hecho enfurecer a su gemelo, pero no era secreto para Fred que toda su familia se había molestado al enterarse que había engañado a la chica.
Molly Weasley le había gritado tanto que hasta Charlie Weasley había tenido que intervenir aun sin saber que iba a recibir el peor grito que jamás había recibido y saldría mal parado de la situación.
Por otra parte los dos menores Weasley habían declarado la ley del hielo a su hermano, sobre todo Ginny quien tenia una estrecha amistad con la Ravenclaw y Ron que aun no creía que su hermano hubiese engañado a la chica más hermosa del mundo.
Dumbledore había anunciado el Torneo de los Tres Magos y lo primero que pensó Fred fue en ganarlo para recuperar a Christine. No contaba con la restricción de edad, pero eso no lo detendría en su intento de ganar la Gloria Eterna.
Una vez despedidos por el anciano director y encaminándose hacia su sala común Fred no puedo evitar pensar en sus despedidas con Christine y dirigiendo su mirada hacia la dirección que ella tomaba logro sentir como su sangre hervía al presenciar como el chico Romanov tomaba de la mano a la Windsor y entrelazaban sus dedos.
Ese debería ser él.
Derrotado, se encamino detrás de todos los leones, mientras que Angelina no podía evitar sentir vergüenza de lo que le había hecho a su amiga Ravenclaw.
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El primer mes en Hogwarts había pasado volando y para cuando todos los estudiantes se dieron cuenta faltaban solo horas para recibir a los alumnos de Beuxbatons y Durmstrang.
Olivia Williams era una de las mas emocionadas, su hermano Nicolaj que era estudiante de Durmstrang llegaría.
En cuanto a Christine ella solo esperaba que las navidades llegaran lo mas pronto posible para poder ir a Balmoral y pasar tiempo con sus hermanos Guillermo y Henry.
Los Ravenclaw colocados por año y tamaño esperaban rectos y ansiosos a los visitantes y cuando un carruaje tirado por caballos del tamaño de un elefante adulto se hizo visible supieron que no esperarían mas.
Los delicados y hermosos uniformes de Beuxbatons se movían con el viento de escocia logrando que los franceses tiritaban de frio, pero eso no fue impedimento para que cada uno de ellos posara su vista en la princesa inglesa y el príncipe ruso.
Una vez obtuvieron la orden de encaminarse al interior del castillo se dispusieron a inclinar la cabeza -los hombres- y hacer una reverencia -las mujeres- dando así un respetuoso saludo a los integrantes de la realeza. Logrando que el resto del alumnado se mirara interrogante, entre ellos los Weasley.
No hubo tiempo de siquiera cuchichear sobre lo antes visto cuando Lee Jordán hizo que todos prestaran atención al Lago Negro del cual emergía el mástil de un barco y poco a poco el barco al completo.
Una larga tabla de madera solida salió del barco y posándose bruscamente sobre la orilla del lago negro, rechino al momento de permitir que los integrantes del barco bajaran.
A diferencia de los de Beuxbatons, los de Durmstrang tenían gruesas y oscuras pieles sobre sus hombros haciendo que se viesen mucho mas robustos.
Aun que todos mostraban el aura imponente los de Hogwarts no podían evitar fijar su vista en los dos mas pequeños que estaban delante de todos.
Christine sintió su corazón saltar de alegría, luego de dos largos años podría ver a sus hermanos. Estaban mas grandes y se miraban relativamente mas maduros, pero ella podía percibir el aire juguetón de Guillermo y la aun inocencia de Henry.
No cabía duda, los Windsor eran hermosos, pero los suspiros de la población femenina de Hogwarts también fueron dirigidos a tres chicos mas.
Entre ellos Viktor Krum, Nicolaj Williams y el Príncipe Christian de Dinamarca.
Si Fred Weasley creía que Vladimir Romanov era competencia, jamás logro imaginar que los pretendientes principales de Christine Windsor darían mucha mas batalla y al parecer ellos también eran candidatos para el torneo.
Cada vez más, su misión parecía mucho más difícil, pero sin duda no era imposible según Fred, pero que esperar del chico que obtuvo solo tres timos.
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Un Amor Real
FanfictionLuego de unas merecidas vacaciones los estudiantes de todas las edades de Hogwarts se disponen a volver al mágico lugar en donde su enseñanza mágica se aumenta en cada año. Y para Christine Windsor no es la excepción. Lista para iniciar su cuarto añ...