CAPÍTULO XXIII. MANIÁTICA.

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Ilse.

Estaba demasiada enojada por lo que Pancha quiso agredir a Eliette, en estos días tuve la oportunidad de conocerla. Aunque tenemos deferencia por la edad ella es una chica buena y muy madura para la edad que tiene. Disfrute un poco al ver a la Pancha que demostraba su verdadera naturaleza, pero también me dió algo de lástima.

No debería, acuérdate lo que te hizo...

Se armó una tensión demasiada, puesto que las tías y mis suegros hablaron que iban a descubrir quién fue el de la broma. Pero lo que no sabía es que todo estaba cubierto ya que Sandra contrato a alguien para alterar las grabaciones de la cámaras de vigilancia, llegaron a la conclusión de que Pancha estaba fingiendo.

—Mira nadie se acercó a tu habitación— dijo con voz relajada Julián.

—Estoy segura que fueron ellas— estaba desesperada porque nadie le creía.

—Ya corta el enrollo que estás haciendo, nosotras no te hicimos nada solo estás fingiendo— murmuré ella sólo me dió una mirada asesina y yo le sonreí con maldad para hacerle saber que fui yo pero que nadie le creería.

—Fuiste tu, ella fue tienen que creerme— estaba furiosa.

—No mientas Francisca mi esposa no te hizo nada. Por favor vete— tenía muchas emociones al sentir cerca a Joshua puesto que las últimas horas lo he estado evitando desde el lunes.

—Voy a vengarme— prometió la maniática.

—Adelante que no te tengo miedo— me defendí no me iba dejar amenazar por alguien tan insignificante.

Todos los chicos se burlaron de ella, por lo que escuché nadie la soportaba de esta familia y los mayores sólo la trataban con amabilidad porque sabían que ella era una persona artificial vacía por dentro, una persona egoísta, arrogante y egocéntrica.

Después de una bochornosa y tan exquisita tarde cada uno se retiró a su habitación mientras que yo salí al jardín para hablar a mi hermano.

Dime Ilse quiero la verdad, ¿Donde estás?— su voz se escuchó una vez que contestó.

—Hola Ilse ¿como éstas? ¿Como vas, ya comiste?, pues bien gracias por preguntar— hablé con sarcasmo.

No estoy para tus sarcasmos Marian responde a mis preguntas.— me mordí la lengua para no gritarle toda la verdad tome aire para decir una mentira y que este no me descubra.

—Estoy bien trabajando hermano— espere a que hablará nuevamente.

Es en serio Ilse lo que te estoy diciendo donde rayos estas— ya me llevo la desgracia sonaba sereno pero sabía que su bestia ya había despertado.

—Tranquilo mira en unas semanas estaré allá y te contaré— trate de aligerar las cosas.

Ire a buscarte en unas horas — mi mente grito caos e iba a responder pero una voz no me lo permite.

—Ilse por favor tenemos que hablar. — interrumpió me maldecía.

¿De quien esa voz?— pregunto mi hermano y todo mis intentos por convencerlos se fueron a la China cuando el susodicho hablo.

—Joshua no— contesté

—Sabes que debemos a hablar Ilse— en un movimiento ya lo tenía cerca.

—Joshua ahora no es el momento— estaba nerviosa por esos ojos tan finos en mi persona.

—No quiero que estés enojada conmigo estoy tratando de remediar mi error Ilse—ahi estaba comenzando su vómito verbal—Se que fui un imbécil por decirte esas cosas pero realmente me asusté hasta la médula. — tomo mis manos junto con el celular—Yo realmente desea que estemos bien que este matrimonio sea cómodo para ambos.— ahí la cago.

—¡¿Queeé?!—  trague en seco porque Joshua me miro y luego al celular y me lo arrebato.

—Hola— cerré los ojos.

Hola desconocido acá el primer hombre de su vida de Ilse— me dió una mirada serena.

—Pues te comunicas con el que pasará el resto de su vida hasta que la muerte nos separe— sonrió burlón sólo negué con la cabeza.

Okey esa no me lo esperaba entonces eres su esposo— mi hermano estaba atónito.

—Si estás hablando con mi esposa así que dime eres su amante— me estaba atragantado con mi saliva mientras que mi hermano pegó una carcajada.

Pero mira hermana que hombre celosa eso es bueno que la cuides — mi esposo me miro con los ojos abiertos de lo sorprendido.

—Iñaki hablamos luego— murmuré para quitarle el celular a Joshua y colgar.

—Me cae bien tu hermano— dijo.

—Cállate y sigo enojada contigo más ahora la puta escenita que me hiciste — me di la vuelta pero unos labios tibios me envolvieron sentirlo tan lento y apasionado dándole pasó a su lengua de estaba tornando en un beso más fuerte hasta que nos separamos para tomar aire.

—Dios odio que estés molesta conmigo, extrañaba tanto tus besos...— me miro mientras acariciaba mis mejillas

—Te amo...

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