2. ¡Me mandaron para ayudarte!

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El mayor se puso de pie rápidamente, no tenía tiempo para jugar con niños, ya que su paz había sido abruptamente interrumpida por aquella extraña situación, lo mejor era ir a descansar a casa.

Empezó a dar pasos y el menor lo detuvo.

Rubius:  ¡Espera! no puedes irte...

Vegetta: ¿Qué es lo que quieres? No tengo dinero para darte, no me molestes y vete.

Rubius:  ¡No es eso! Y-yo ¡Me mandaron para ayudarte! -esbozó una sonrisa amigable-

Vegetta: ¿Qué? ¡No me digas tonterías! Largo!

Rubius: ¿Eh? pero no puedo irme... -musitó, mirando hacia un lado, cabizbajo-

Vegetta estaba perdiendo la paciencia, odiaba éste tipo de situaciones, por algo pensaba en no tener hijos jamás y este chico hablaba como un niño, haciendo pucheros y demás. 

Pensó que lo más lógico sería engañarlo, ya que no podría discutir con "un niño". Lo que sea para irme a descansar.

Vegetta: ¿Entonces me vas a ayudar, no?

Rubius: ¡Sí!  -sonrió tiernamente-

Vegetta: -Sacó un billete y se lo puso en la mano a Rubius- ¿Ves esa tienda cruzando la calle?traeme una bebida, yo te espero aquí.

Rubius: -Se quedó mirándolo por un momento, para luego fruncir el ceño con duda- ¿En serio me vas a esperar aquí? -dijo dudando del mayor-

Vegetta: ¡C-claro que sí! es que estoy muy cansado y me alegro de que hayas venido a ayudarme! -trató de sonreír al menor para ser más convincente-

Rubius: ¡Vale! ¡Ya regreso! -dijo con una gran sonrisa y fue hacia dónde le habían indicado-

Vegetta simplemente atinó a correr a toda velocidad hacia su casa.







Tras un rato de correr, ya se encontraba cerca a la entrada, a unas dos casas para ser exacto, vivía en un departamento, tenía 2 pisos, él ocupaba el de arriba, era cómodo para él, no le gustaba los espacios grandes, la desventaja era una pareja de vecinos en el piso de abajo, pero ya hablaremos de ello.

"Que tío más raro el de antes" pensó, "Aunque no se ve tan mayor, probablemente unos 19 o 20 años, pero con actitud de un niño de 12 años..."

Frenó en seco al avanzar y ver a aquel chico de antes parado en la entrada de los departamentos, se veía molesto y algo lloroso, lo miraba fijamente como reclamando su actuar.

¿Cómo había encontrado su casa?! ¿Acaso lo siguió? ¿Era algún acosador o fan suyo? 

Vegetta aceleró el paso para entrar e ignorarlo, de ser necesario, llamar a la policía.

Rubius: ¡¿Tas bobo o que?! -dijo molesto-

Vegetta: ¡Serás tonto! ¡Déjame sólo o llamaré a la policía!

Rubius: ¡Ya te dije que no puedo irme! ¡Tengo que ayudarte!

Vegetta: ¡¿Ayudarme?! ¡Ve a casa, no necesito a nadie!

Rubius: ...es que... no tengo casa...

Vegetta: ¿Qué?

Rubius:  yo... no lo recuerdo...

El de ojos amatista se quedó mirándolo, ahora sentía algo de pena y curiosidad por el menor, ¿Estaba perdido? ¿Y si necesitaba ayuda? Malditos sentimientos que no le permitían ignorar a alguien que lo necesite, quizá por eso se mudó solo, para no tener que lidiar con problemas ajenos. Observó su reloj y ya era tarde, es probable que no pudieran atender a una persona extravíada en ese momento, además que necesitaba saber su historia y no dejarlo a la deriva.

Lanzó un suspiro lento en busca de calma.

Vegetta: Escucha, puedes pasar ¡Pero sólo esta noche! Ya veremos como ayudarte mañana, estoy muy cansado...

Rubius: ¡Sí! -soltó con gran alegría, casi parecía que iba a darle un abrazo-

El mayor abrió la puerta y entraron. Le dejó muy en claro que no eran amigos ni nada de eso, que debía comportarse. Realmente era muy gruñón...








Gracias por leer el capítulo 2! Ya tengo la historia hasta el final, recuerden que sólo debo pasarla a la pc :3 es probable que mañana haya otro capitulo nuevo.

¿Osito no tiene memoria? ¿Tienen alguna sospecha de porqué?

¿En qué debe ayudar osito a Vegetta?

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Un Cuento para Osito -Rubegetta- 💜💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora