dos; bienvenidos a hogwarts.

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Los estudiantes de Hogwarts ya se encontraban en el gran salón a punto de comenzar el banquete, las cuatro mesas eran extremadamente largas, y los estudiantes se sentaban en sus casas correspondientes. Ginger después del mal trago que pasó en el tren, se sentó al lado de Draco Malfoy y su grupo maravilla. No pretendía ser uno de los suyos por el momento, pero tampoco iba a negarse a la posibilidad de tener amigos, exceptuando a su prima Ginny, quien se encontraba en la mesa de al lado junto a Harry, Ron y Hermione. En el extremo de la sala, el profesor Flitwick dirigía el coro del sapo, mientras recitaban una canción muy famosa llamada Double Trouble. Ginger la conocía muy bien ya que su padre se la sabia de memoria y le encantaba cantarla. Observo por unos minutos mas al coro y al terminar, todos reaccionaron con vítores y aplausos ensordecedores.

—¡Bienvenidos! ¡Bienvenidos a otro año a Hogwarts! —exclamó con alegría Dumbledore. —Ahora, quisiera decir unas palabras antes que nos aturda nuestro excelente banquete. Primero... Quiero dar la bienvenida al profesor R.J Lupin, quien consistió en ocupar el puesto de maestro de Defensa Contra las Artes Oscuras. —un señor alto, castaño y de tez blanca se levantó haciendo un cordial saludo mientras todos lo recibían con aplausos, Ginger lo observaba con cierta alegría. —buena suerte, profesor.

Mientras tanto, en la mesa de Slytherin podían escucharse ciertos chismes relacionados a Harry Potter, cuando por fin llegaron a oídos de Malfoy, este se río y se dio vuelta para burlarse de el. El castaño se encontraba escuchando atentamente el discurso de Dumbledore.

—¡Potter! ¿Es cierto que te desmayaste? —preguntó con un tono burlesco. —¿De verdad te desmayaste?

Ginger quería hacer algo ante las agresiones de Draco a Harry, pero sinceramente no tenia fuerzas ni para escuchar el aburrido discurso de Dumbledore, por eso ni siquiera se volteo a escuchar la discusión. Eso sí, debía acordarse de darle las gracias a Harry luego por lo que hizo, fue un acto bondadoso considerando que nunca cruzaron palabra.

—¡Callate Malfoy! —murmuró Ron, tomando a Harry por los hombros para que este volviera a su posición anterior.

—El maestro de Cuidado de Criaturas Mágicas se retiró para pasar tiempo con sus miembros restantes. Afortunadamente, es un placer para mi anunciar que su lugar sera ocupado por nuestro propio Rubeus Hagrid. —todos comenzaron a aplaudir alegres hacia Hagrid, Ginger no lo conocía muy bien, pero sabia que a pesar de ser un grandulon su corazón era de oro. —Finalmente, pasando a una nota mas perturbadora, a petición del Ministerio de Magia, Hogwarts alojará, hasta nuevo aviso, a los dementores de Azkaban, hasta el momento en el que Sirius Black sea capturado.

Ante esas palabras, el ambiente en el comedor se puso mas tenso. La gente había oído atrocidades de los dementores y era común que se asustaran mas de lo debido, Ginger quien no estaba tan interesada por la situación levantó la vista y miro a Dumbledore sorprendida, sin entender el por qué. Gracias a esas criaturas siniestras Ginger no se encontraba bien, ¿Acaso tenía el tupé de dejar que esos monstruos se queden en Hogwarts?

>> Habrá dementores apostados en todas las entradas al área. Mientras me han asegurado que su presencia no interrumpirá nuestras actividades cotidianas. Les quiero advertir algo. Los dementores son criaturas despiadadas, no se molestarán en distinguir entre su presa y la persona que los estorbe. Por lo tanto, yo les tengo que advertir a ustedes que no les den razón para lastimarlos. Un dementor, por naturaleza, no es un ser que perdona. Pero, ¿saben que? Uno puede encontrar la felicidad aún en los tiempos mas oscuros... Si tan solo se acuerda de prender la luz.

UNSTOPPABLE, harry potter.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora