My King

2

Ya de mañana y los dos de afuera haciendo ruido, miraba con enojo el techo, levantándose con lentitud y sueño camino hasta la puerta para encontrase a esos dos guardias ¿Jugando?

—Buenos días su majestad— dijeron al unísono haciendo una reverencia -Hoy iremos por su espada y, claramente, usted no puede faltar-

—Agh creo que debí haber escogido a los otros dos— se tomaba el entrecejo con frustración, cerró la puerta con brusquedad

Ya caminaba entre la gente que se arrodilla a ante el, llegaron a la herrería del hombre

—Tenga— le entregó con un temblor la espada, estaba reluciente

—Dale el dinero— salió de ahí con el otro guardia, el solo quería ver el cuerpo de la muchacha tirado en el suelo, al llegar a la herrería de la ya nombrada entró sin más, y lo que se encontró lo dejó sin palabras

—¿Eh?— Tails volteo con todo su cuerpo para ver quién había interrumpido su privacidad, quedo en shock, los dos se miraban sin decir ninguna palabra

—Su majestad ya la chica está...— este desvío la mirada sonrojado, haciendo reaccionar a la chica

—PERVERTIDOS— grito tapándose su busto haciendo reaccionar al rey

—¡Vístete ya!— tapó sus ojos avergonzado

Después de esa vergonzosa escena nadie decía palabra alguna

—Bu-Bueno ¿Tienes la daga?—

—¿Eh? Oh, pero por supuesto— entro corriendo a una puerta

—Majestad ¿la chica dejó de existir?— llegó el otro caballero

—No, sigue viva— quería olvidar todo —y ya viene con el arma—

Dicho y hecho, ella llegó con la daga envuelta en un pequeña manta blanca —No fue tan complicado— sonrojada rió, quedaron sorprendidos... Una hermosa y pulida daga color negro, un mango del mismo color y con decoraciones de color blanco —Me tarde más de lo normal por la maldición, pero creo que valió la pena—

Los guardias quedaron boquiabierta —Espero y les sirva— sonrió dulcemente entregando en manos de uno de ellos

Ok... ¿Qué está pasando aquí?

¿Cómo no está muerta?

¿Cómo supo lo de la maldición?

¿Cómo demonios pudo arreglarla?

Esa y más preguntas le decían los guardias a la chica, ella solo los alejo poniendo sus manos en sus petos y con un leve empujó los alejo

—No reveló secretos— sonrió maliciosamente

—Bueno eso ya no interesa, ya nos vamos— guardó la daga en una bolsa y se encaminó a la puerta, siendo seguido por los guardias

De reojo miró la espada —Esa tontería no va a durar nada— aguanto la risa, pero no se dio cuenta del buen oído del rey

—¿Qué tontería?— detuvo su andar y volteo a verla

—¿Eh? Y-yo... P-pues... B-bueno— desvío su mirada agarrando su vestido con fuerza

—Dilo— sacó su espada y la puso al lado de su cuello, asustando a Tails —D-I-L-O— remarcó

—Su espada, vale, su espada— tomó sus antebrazos y se encogió en ella misma abrazándose con sus colas

—Solo ¿Por qué arreglaste una daga vas a saber más de herrería? No me hagas reír, tu no sabes nada— retiró la "afilada" espada de su cuello y salió de ahí dejando a la muchacha recapacitando asustada

—No me gustaría hacerlo, pero... Tengo que...— camino hasta un pequeño cajón de su vivienda sacando una fotografía de sus padres y ella, alejo esta y miró con detenimiento la corona, la tomó —Aunque intente dar miedo no puedo rendirme ante su mirada— se coloco la corona y se miró a un espejo —Por mí familia— la guardo en el mismo lugar con la fotografia

En la habitación del rey solo miraba con detenimiento su espada, esta estaba en sus manos ¿Por qué no va a durar nada? Intentaba encontrar algo, pero la veía "perfecta"

—Mierda— dejó caer el objeto mirando su fortaleza, la recogió y no miró nada raro —Es una tontería... ¿Por qué no dejó de pensar en eso?— dejo caer su espada para recostarse en su cama boca arriba

Suspiro... De golpe se levantó y tomó el dichoso objeto y salió de su pieza con rapidez

—¿A donde va majestad?— intentaron correr a su lado

—No les interesa, quédense aquí y cuiden del castillo—

—Pero...—

—¡Si no obedecen mis ordenes yo mismo los mataré!—

Los guardias tomaron distancia con una mueca horrorizada

Caminaba con celeridad en calles importándole poco el pueblo, solo quería llegar a esa estúpida herrería, al tener adelante lo ya nombrado, entró de golpe asustando a la chica y a un erizo verde

—Su majestad— dijo la pareja al unísono

—Tu— señaló al verdoso —Fuera— este salió con lentitud, ya que le arruinó todo lo que "quería" con la chica —Y tu— la señaló asustándola más —Explícame que tiene de malo esta espada— la aventó a su mesa de trabajo

—B-bueno— trago saliva

—Dímelo ahora— se acercó con un semblante malhumorado

La zorrita sólo suspiro y con un delicadeza tomó la espada —Esta espada es horrible— la levanto a la mirada del rey —Su filo es completamente asqueroso, no cortara ni algo tan simple, su agarre nunca coordinará con movimientos bruscos y se desprenderá fácilmente—

—Repárala—

—¿Eh?—

—Repárala—

—Creo que no podré— miro la expresión de enojo del erizo —Solo pude arreglar una tonta daga, no se de herrería— dejó la arma blanca en su mesa de trabajo

—No me disculparé por eso— se cruzó de brazos mirándola a los ojos

Ella solo levantó los hombros sin importancia, recargándose en un mueble trasero

—Deja de mirarme así— cerró sus puños con fuerza

La chica simplemente volteo a otro aguantando la pequeña sonrisa que quería formarse en su boca.

Miró los ojos azules de la chica viendo que estos miraban a un lugar, en específico, un mueble con un solo cajón, luego miraría que había ahí insinuaba que existía algo importante.

—Aunque puedo hacer una excepción— hablo finalmente volteándolo a ver a los ojos

—¿Cuál sería esa excepción?— se recargo en la mesa de trabajo de la chica, sabía que le pediría, que le dejara su herrería en paz

—Pues...— su expresión se volvió seria —Quiero conocerte mejor—