Ya habrían pasado unas dos horas desde que mi mamá se fue, y las ocupé para dormir nunca había estado más tranquilo, la lluvia no cesaba. Me levanté de mi cama y recorrí toda la casa, como si buscara algo, la verdad sólo estaba matando el tiempo, recuerdo haber visto tres veces mi habitación y abrir el refrigerador en repetidas ocasiones, como si mágicamente la comida que quería apareciera. Finalmente me fui al living, donde me lancé al sofá y empecé a mirar la tele, como no había nada bueno la apagué.
De repente vi una figura tras la ventana, me acerqué a ella para ver mejor y divisé la figura de una chica de más o menos mi edad, estaba allí, parada en la calle de al frente y con la mirada al cielo, su cabello era liso y de un color café oscuro, le llegaba más o menos hasta la mitad de la espalda, dos mechones azules caían por cada mejilla...¿Hace cuánto que estaba bajo la lluvia?.
Caminé decidido hasta la puerta, abrí un paraguas y fui donde la chica, parecía no notar mi presencia, era unos centímetros más alta que yo, así que tuve que estirarme mucho para colocar el paraguas encima suyo.
-Hey, ¿qué haces?...-Me miró algo enojada, parte de su cara era tapada por su pelo, el ojo que lograba ver era café al igual que su cabello, un escalofrío recorrió mi espalda-
-Eso debería preguntártelo yo, ¿Por qué estás bajo la lluvia? -Los nervios me estaban atacando-
-Me gustan los días así, la lluvia, el frío...me tranquilizan-Su voz era tan calmada, me ponía en un estado de paz que nunca antes había sentido-
-¿Hacia a dónde ibas?
-A ningún lado, sólo caminaba...
-Supongo que volverás a casa, ¿no? -La chica suspiró, miró al cielo y volvió a dirigirme la mirada-
-Eso creo...-Esa respuesta me dejó intrigado, ¿escapó de casa?, se me ocurrió invitarla a casa para que se secara y tomara algo caliente, no podía dejarla allí-
-¿Qu-quisieras pasar a mi casa para secarte y beber algo? -Dije nervioso, nunca aprenderé a hablar con mujeres-
-No te preocupes, estoy bi...-No pudo terminar la frase, un estornudo la interrumpió. Es gracioso, estornudaba como gatito-
-Insisto -La miré lo más decidido a ganar en esa discusión, ella suspiró-
-Bueno, no tengo nada que hacer...Acepto-Me miró, yo le sonreí-
La llevé dentro de casa, lejos de la lluvia. Le pasé una toalla y le ofrecí un café con leche, ella lo aceptó y lo tomó despacio, cuando yo, atacado por los nervios, lo tomé de un sorbo, sentía cómo el líquido quemaba todo a su paso....¡Malditos nervios!
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Esa chica, bajo la lluvia...
Teen FictionUna historia que no tiene sentido, creada por alguien que está loco... Si no te gusta, no me importa, no estoy para complacerte.