Después de ese..."problemita"...me dirigí a la habitación de mi madre, el lugar en dónde dormiría, pero sin antes me acordé de algo:
-...el piyama...-Suspire, caminé lento hacia mi dormitorio, encontré la puerta cerrada. -Y-yami...-Toqué la puerta, no entraría sin su permiso, aún cuando fuera mi habitación.-Pasa...-Se escuchó al otro lado de la puerta.
Entré, allí se encontraba "La mechones azules" arreglándose para dormir, la miré disimuladamente de pies a cabeza, sus piernas, caderas, su cara, todo era perfecto. Pude observar que casi no tenía busto, pero estaba bien, se veía muy hermosa. Tal y cual lo había imaginado, esta chica me vuelve loco.
-¿Te gusta lo que ves?- Dijo Yami con una sonrisa pícara en su cara.
-E-eh...s-sólo venía por mi piyama...-Le evadí la pregunta, mis mejillas ardian y otra vez sentía ese bulto molestaba, busqué lo más rápido posible mi piyama y así salir de ese lugar.
-Oye...-Dijo ella, yo, debido a los nervios no la escuché.
Salí de la habitación y me encerré en la de mi madre.
Pasados los minutos ya todo estaba tranquilo, me encontraba en la cama con la cara enterrada en la almohada, todavía tenía vergüenza por lo que había ocurrido en todo el día. Me puse boca arriba y cerré los ojos, lentamente fui cayendo a los brazos de Morfeo.
De repente entró Yami al dormitorio, yo la miré un tanto nervioso.
-¿Q-qué pasa?...-Me levanté de la cama, ella se me acercó.
-Sólo...quería darte las gracias por todo lo que has hecho por mi... así que...gracias -Me abrazó, logré sentir cabello sedoso en mi rostro.
-De nada...-Le correspondí el abrazo, le acaricié su melena sedosa y suave.
Cuando nos separamos, Yami me besó en la mejilla, quedé helado, sus labios...fue tan delicada...
-Hey...s-si quieres...puedes sacar más libros de mi estantería...
-Lo tendré en cuenta -Sus labios formaron una pequeña sonrisa.
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Esa chica, bajo la lluvia...
Fiksi RemajaUna historia que no tiene sentido, creada por alguien que está loco... Si no te gusta, no me importa, no estoy para complacerte.