《𝑷𝑹𝑰𝑵𝑪𝑬𝑺𝑨 𝑫𝑬𝑳 𝑫𝑹𝑨𝑮𝑶́𝑵》(NALU) Fᴀɪʀʏ Tᴀɪʟ

🐉Capítulo 1

El mundo estaba en una época dónde los dragones gobernaban. La mayoría se trataba de dragones sanguinarios y violentos, con mucho odio a los humanos.

Para ellos, los humanos no merecían nada de su mundo.

Aunque también había dragones benévolos, su cantidad cada vez se reducía más.
.
.
.
En cuánto a los humanos, muy pocos habían nacido con el don de la magia y aunque para muchos tal vez era una alegría, para la mayoría se trataba de una sentencia de muerte.

Las noticias volaban rápido por todo el reino y cuándo se descubría que algún adulto o incluso niño (humanos) podían usar magia, inmediatamente los dragones los asesinaban.

Porqué los humanos, "una raza inferior" a ellos, no merecían ningún poder.

Aunque eso cambió con el tiempo.
.
.

Igneel Dragneel, es el actual monarca del Reino de Fiore. Vivía con su hijo menor, el príncipe Natsu Dragneel, en un buen castillo, con todo lo necesario para que los dragones pudieran tener una buena vida.
Cada mes había un baile en honor a los dragones y por supuesto, los humanos comunes no podían asistir.

Y después de muchos años, los dragones aceptaron a los magos, con un sólo propósito: ser sirvientes.

Debido a esto, sólo los magos más fuertes podían entrar al palacio, pero tenían que ser del agrado del Rey o del Príncipe.
.
.

Castillo de Fiore:

—No puedo creer que el viejo me ordenó ir contigo.—se quejó Laxus Dreyar (Dragón del Rayo) mientras caminaban por los pasillos—

—Lo mismo digo.—respondió el príncipe, Natsu—

Salieron del castillo dónde ya los esperaban dos dragones más, Gajeel Redfox, dragón del metal y Cobra, dragón del veneno.

—Vámonos.—el dragón del veneno, se dió la vuelta y comenzó a caminar, bastante molesto—

Miraron a Gajeel con el ceño fruncido y él sólo se encogió de hombros.

—Por cierto, Sting viene con nosotros.—habló Laxus—

(.......)

Bosque de Las Hadas:

—Aquí no hay hadas, ¿por qué le habrán puesto ese nombre al bosque? —preguntó Gajeel mientras cruzaban un pequeño río—

— Eso no importa.—respondió Laxus— Sting, tú eres el qué sabe más sobre esto, ¿sabes qué plantas buscamos? —preguntó mirándolo serio y él asintió—

—Sí, sólo hay qué seguir por éste sendero.

Sin decir decir nada más, siguieron su camino.
No tenían piedad contra ninguna criatura que se aparecía por su camino.

—¿Qué te pasa, Sting? —preguntó Natsu, con una mirada seria y espeluznante—

—...Nada —mumuró, escondiendo la expresión de desagrado—

Para alguien que creció lejos del castillo y de otros dragones, aún era muy difícil ver ese tipo de escenas sangrientas.
Pero no podía mostrar su descontento, era un dragón, y tenía que "ser despiadado".

Finalmente encontraron la mítica planta, que prometía curar enfermedades y heridas de gravedad, además, aumentaba considerablemente el poder mágico.

— ¡Ahí....! —Sting trató de gritar pero Natsu tapó su boca—

—Shhh —susurró y miró fijamente a los arbustos—