Sweet or Trick or Duty?👑

P A R T E I

En lo alto de una torre, cierto príncipe de cabello castaño con destellos dorados e increíbles ojos verde jade, contemplaba desde lo alto de su ventana con cierto brillo soñador, el extenso color azul del misterioso mar que en cierto punto, se unía a un suave celeste que era parte del cielo.

Y lo único que los diferenciaba uno del otro, eran las grandes y esponjosas nubes blancas en cual las aves gustaban de jugar a las escondidas, volando tan rápido o lento, alto o bajo como quisieran.

Suspirando, el joven príncipe se perdió en la belleza de aquellas majestuosas embarcaciones flotando sobre el mar a la orilla del muelle, imaginándose a sí mismo como uno de los tripulantes y disfrutando de extraordinarias aventuras.

—Taehyung, ¿alguna vez te has preguntado qué hay más allá del mar, más allá de este reino? —preguntó distraídamente.

El hombre de cabello negro y ropa modesta dejó de revolotear por la gran habitación y observó a su príncipe con extrañeza.

—¿Qué se supone que debe de haber, príncipe Jimin? —preguntó—. Según Song, la señora de la cocina, los barcos se caen a una especie de vacío lleno de monstruos gigantes una vez los perdemos de vista.

Sonriendo suavemente, Jimin dejó de contemplar por la ventana y observó a su sirviente, que más que uno lo consideraba su amigo.

Mejor e único amigo que se le había permitido tener.

Su propio padre, el rey, le había presentado al niño de cinco años, anunciando que sería su nuevo sirviente personal.

Con tan solo cinco años de edad, Jimin no había entendido mucho más que tenía un nuevo amigo con quien jugar. Pero a medida que crecía, comenzó a comprender las diferencias que les separaban.

De un momento a otro, Taehyung había dejado de jugar con él y lo había comenzado a tratar respetuosamente, cada vez que Jimin se equivocaba en algo, ahí estaba él para asumir la culpa y recibir un castigo injusto.

Luego de comprender que su comportamiento afectaba a su amigo, el príncipe Jimin había comenzado a tener cuidado con sus palabras y acciones en todo momento, caminando con delicadeza sobre una fina capa de hielo.

—¿Tú piensas lo mismo? —preguntó observándolo con ojos curiosos.

Taehyung se encogió de hombros—. Barcos han llegado últimamente por lo que pienso que tal vez debe de haber algo más que solo agua salada y vacío —respondió.

—Y tienes razón. Ella está equivocada, mi querido amigo —anunció alejándose de la ventana—. Y recuerda llamarme por mi nombre cuando estemos solos —indicó con cariño antes de cruzar la habitación.

—Ah, está bien —pronunció observando a su alrededor, asegurándose de que estuvieran solos—. ¿Qué es lo que busca? —pregunto curioso.

Sacando un libro de su pequeña biblioteca personal, el príncipe Jimin se dirigió a su escritorio y lo dejó sobre la mesa, abriéndolo.

—Ven aquí, mira —llamó con un gesto de mano.

Curioso, Taehyung se acercó y contempló el libro abierto en el cual se hablaba de tierras lejanas, otras culturas y aventuras de otros hombres.

—¿Qué piensas? ¿No es interesante? —preguntó Jimin con una hermosa sonrisa de ojos que heredó de su madre, la reina.

Taehyung, con su largo cabello negro hasta los hombros amarrado en una pequeña coleta, simplemente le observó.

—Solo son cuentos —respondió sin verle lo importante o interesante como su señor—. Historias inventadas.

—Te has vuelto equivocar, mi querido Taehyung. El hombre que escribió este libro en verdad ha estado en todos esos lugares, experimentando lo que describe —exclamó—. Padre lo ha comprobado y también quiere intentarlo, mandar una embarcación a las misteriosas aguas e ir más allá de las tierras y reinos que ya conocemos —pronunció con alegría—. ¿Te imaginas poder navegar? El viento contra tu rostro, el sonido del mar y las aves, la libertad... —cerró sus ojos casi como si estuviera disfrutando exactamente de lo que describía.