Mis ojos se abrieron casi de golpe a la par que mi cuerpo reaccionaba de manera exaltada sentándome en mi cama en cosa de segundos, mi mano fue directamente a mi anaranjado cabello revolviendo este antes de sujetar mi cabeza por el fuerte dolor que me atacaba.—¿Fue un sueño?
Mi cuerpo se tensó por completo debido a las imágenes que habían vuelto en ráfaga a mi mente, tan vivas y tan claras sintiendo incluso mis extremidades aún entumecidas por el miedo que me había dominado en ese momento, suspiré dejándome caer en la cama para poder calmarme.—No te muevas tanto.
Mi mirada se fijó en el pelinegro recostado a un lado mío sobre la cama y antes de que este volviera a mover sus labios para articular otra palabra, un grito escapó desde lo más profundo de mi garganta haciendo caer al piso en un reflejo por alejarme lo mas rápido.Observe cómo este se reía en voz baja aún con sus ojos cerrados como si todo esto fuera una situación normal, se volteo en mi cama acomodándose de costado abriendo ambas perlas de un azul profundo que pareciera que podían ver hasta tu alma, dos pequeños cuernitos de color negro sobresaltaban en su cabeza y su lengua se deslizó por su labio inferior haciéndome temblar.
—Soy real Hinata Shoyo, y seré tu guardián.
—¿Guar... dian?
—Guardián, es junto no separado.
—¡Lo se!
Alce mi voz en cuanto comencé a procesar la situación de a poco dentro de mi cabeza, llevé una de mis manos hasta mi frente volviendo a observar al chico recostado sobre la cama con la camisa corrida y una sonrisa torcida, mis mejillas se encendieron haciéndome negar bruscamente antes de recobrar la cordura de a poco.De un salto me levante del piso negando aún incrédulo.
—No eres real, no puedes.
Sus movimientos eran rápidos pero a la vez elegantes dejándome algo mareado con solo cambiar de posición, observé sus labios moverse con la intención de gesticular algo pero la puerta de casa siendo golpeada resonó por toda la casa hasta llegar a mi habitación. Sin decir nada más me di media vuelta en mi posición casi corriendo hacia la puerta.—Shoyo, ¿Por qué no contestabas?
Del otro lado de la puerta se encontraba mi mejor amigo mirando con ojos preocupados a pesar de que su rostro casi nunca expresara lo que en realidad sentía, bote el aire que había retenido por unos segundos pensando en que era lo que debía contar y que no.—Kenma...
Y antes de que pudiera continuar aquella presencia detrás mío logró erizar cada bello de mi cuerpo, en cuanto su mano se posó sobre mi hombro una corriente de electricidad me recorrió de pies a cabeza logrando que de los nervios mi corazón casi se saliera.— ¡Qué haces!De manera rápida me voltee abalanzándole sobre su cuerpo intentado desesperadamente alcanzar su cabeza tratando de cubrir su cuernos, ¿Y si Kenma lo veía y por eso trataba de matarlo?
—Qué haces, Hinata tonto.
Sostuvo mis manos desde mis muñecas observándome a los ojos por unos segundos, el sonrojo y aquella sensación de hormigueo en mi estómago se presentaron una vez más, con calma pude notar que los pequeños cuernitos se habían ido.— Hola soy Kageyama Tobio, un amigo de Hinata.—¿Amigo de Shoyo?
El rubio enarcó una ceja observando la situación realmente extrañado, mantuve mi mirada sobre él aún en la cercana posición con el chico... Demonio.—Kenma...
—En realidad nuestros padres son amigos, me quedaré aquí mientras los de Hinata estén de viaje. ¿Algún problema?
–Si, no me parece que un extraño se tome tantas confianzas con Shoyo.
—Si fuera un extraño no estaría aquí, ¿No crees?
Mi cuerpo se tensó de repente sintiéndome algo incómodo entre ambos chicos que a pesar de mantener un rostro serio parecían matarse de las peores formas con la mirada.—¡Voy por jugo!
Fue lo único que logre articular antes de correr a la cocina por un respiro, me detuve unos cuantos minutos a analizar la situación antes de volver con los jugos prometidos en la mano.— ¿Y Kenma? ¿Qué le hiciste?El pelinegro río con burla ante mis preguntas y solo fruncí mi ceño logrando que tocara mi nariz con la punta de su dedo.
—Tenía que hacer.
Contesto tomando el vaso entre sus manos para dejarse caer en mi sillón como si nada.—¿Qué eres? ¿Por qué sigues aquí?
Su lengua fina pasó por sobre su labio inferior antes de acomodarse y mirarme a los ojos logrando erizar mi cuerpo por completo.—Primer pecado capital, Soberbia, Lucifer... O simplemente Tobio.
—T-tú...
—Te salve la vida, mi energía fue devastada... Así que viviré contigo hasta que la recupere.
Tartamudeé por unos segundos mirándolo levantarse del sillón para caminar como si nada hacía mi habitación.— ¿Cuál es nuestra habitación, Hinata?—¡Mi habitación!
Extra porque si.
—¿Quién eres realmente?
El medio rubio enarcó una de sus cejas analizando al más alto delante de él.—Es mejor que te vayas, niño.
—Le tocas un pelo a Shoyo...
—¿Y qué?
—Voy a protegerlo sobre cualquier cosa y tú no me das confianza.
—¿Ya llegaste de casa de Shoyo, hijo?
—Si, es que me compraron un juego nuevo.
En el corazón de Kenma los juegos van primero, aun que se los compre su enemigo.
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𝐃𝐞𝐯𝐢𝐥𝐦𝐚𝐧. •𝐊𝐚𝐠𝐞𝐡𝐢𝐧𝐚•
Fanfiction¿Quien dijo que los cuernos asimilaban la maldad y las alas la pureza