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Un agudo dolor se alojó en el dedo índice de su diestra, era la quinta vez que se pinchaba los dedos en apenas unas horas. Se sentía inútil y de seguro su madre estaría decepcionada de él si tan solo lo viera en sus patéticos intentos de arreglas aquella chaqueta azul marino con ese punto tan difícil para sus manos. Suspiró pesadamente mientras derramaba algunas lágrimas; unas de frustración por no poder hacer nada bien y otras porque extrañaba tanto a su madre en esos momentos. Recordó con mucho dolor en su corazón ese día del accidente con la cerrata, donde perdió a su madre para siempre y, a pesar de que ese momento pasó hace más de tres años, el dolor era tan fuerte como si hubiese sido el día anterior.

Miró su alrededor lleno de telas, maniquíes, listones e hilos de colores, era el costurero que su madre tanto trabajo le costó forjar, cada gota de esfuerzo estaba ahí en esas cuatro paredes color arena. Sin embargo, a pesar de vivir solo, no se sentía de esa manera, pues un grupo de personas se preocuparon de permanecer a su lado, siendo uno de ellos aquel que se encontraba golpeando la ventana con sus nudillos con una enorme sonrisa pintada en los labios. YiXing sonrió de vuelta indicándole con un gesto de su mano que entrara con confianza y JunMyeon así lo hizo. El muchacho era carpintero al igual que su padre, tenían casi la misma estatura y su rostro era bastante hermoso o al menos eso siempre decía KyungSoo quien era un escultor, así que YiXing le creía ciegamente al ojo de artista de su bajito amigo.

JunMyeon llevó una silla hasta donde estaba YiXing entregándole una cajita de almuerzo e insistiéndole que dejara el trabajo por un momento y se alimentara. Esa era su rutina de todos los días, a veces con la compañía de sus otros amigos otras veces solo los dos.

JunMyeon había sido el primer niño que conoció en el pueblo donde los Zhang asentarían su hogar. El pequeño conejito, como le apodó YiXing en su mente, había ayudado a su madre con los rollos de telas con los haría realidad los distintos diseños que tenía en mente para surtir el costurero "Inari". Ambos niños al verse se sonrieron mutuamente y congeniaron de forma casi inmediata, JunMyeon se presentó ante YiXing de manera muy respetuosa como si el chiquillo fuese parte de la realeza y Zhang Ziyi, la madre de YiXing, apretó las mejillas de niño alegando que era tan bien portado que le causaba demasiada ternura.

Una semana después de conocerse y que JunMyeon visitara a la pequeña familia Zhang casi a diario, llegó un día con un niño de cinco años, tez blanca, delgado y con el ceño fruncido pisándole los talones alegando por su atención y atrás de él otro niño de casi la misma altura del primero, solo que este tenía un ligero bronceado y unos ojitos brillante, lucía como un tierno osito de felpa. Eran los vecinos de JunMyeon a quienes solía cuidar de vez en cuando.

Los niños al ver a YiXing sonrieron y lo invitaron a jugar con ellos. El pelinegro no pudo resistirse y con permiso de su madre se fue a jugar en un viejo teatro que había cerrado hace unos años luego de que el dueño falleciera sin dejar ningún sucesor. En aquella vieja estructura conoció a más niños algunos de su edad, algunos mayores y otros más pequeños.

Fue LuHan y su hermano mayor BaekHyun quienes corrieron a saludarlo con una sonrisa pintada en sus labios, cada uno tomó un brazo de YiXing y lo jalaron hasta los demás; ahí conoció a Kris junto a su hermanastro MinSeok quien era de su misma edad, pero se veía mucho más pequeño y unido a él como un chicle estaba JongDae con esa sonrisa felina demasiado tierna. Otro quien lo recibió con una enorme sonrisa fue el enorme de ChanYeol quien abrazaba al pequeño KyungSoo con su brazo izquierdo y al tímido Tao con el derecho. Ese primer encuentro marcó el inicio de toda una gran amistad.

Con el pasar de los años los doce niños se hacían cada vez más unidos, pues a pesar de las penas, los regaños por parte de los adultos cuando hacían travesuras y las discusiones entre ellos por tonterías, seguían ahí apoyándose y compartiendo todas las penas y alegrías. Ellos eran uno a fin de cuentas.

El Elegido [EXO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora