Un nuevo día, una nueva convicción.
El emblemático castaño acomodaba su saco frente al espejo como todas las mañanas después de una buena ducha y loción. Específicamente, este jueves, llevaba uno rojo que a su parecer, era el que mejor le sentaba. Podría presentarlo como su favorito.
¿Había una razón para usar un traje tan especial?
Sí. El chico bonito de la sastrería.
Aquel chico de mejillas abultadas y tentadores labios no salió de su mente en toda la noche.
Su cuerpo no lo agradecía, pero aún con tanto cansancio, sentía que toda la energía se acumulaba en sus entrañas con singular alegría.
Después del trabajo, se dirigiría con gran emoción a recoger el traje que había ordenado y poner en práctica más de un encanto con tal de conquistar a el pálido y hacer que le acepte una cita. Y estaba de más decir que no le imporaba como lo tomara. Una cita amistosa, una de simples conocidos o próximos ligues, Hoseok tenía perfectamente claro lo que quería y era tener al agridulce Yoongi cerca.
Las horas pasaban casi como segundos, torturando a el mayor en instancia de su oficina. Merodeaba sobre su ya conocida sala, girando en su silla, firmado papeleos y rayando una libreta con garabatos.
Por más que quiera salir corriendo de ahí e ir a donde su mente lo acarreaba, no podría hacerlo. Y no es por su trabajo, sino porque a penas y eran las 3 de la tarde y salir hasta allá tan temprano, podría tornarse como una molestia para Yoongi, ya que lo que menos quería era que se sintiera presionado por un traje aún sino fuera directamente por eso. Mucho menos estaba la opción de incomodarlo, Hoseok ya sabía de esto y de cómo relacionarse públicamente y con gran caletre.
Tendría que esperar.
Entre toda la caterva de papeleo y peliagudeces del trabajo, por fin dieron las 7.
Se reclinó en la silla y comenzó a recoger todo con premura hasta que su puerta fue tocada.—Adelante.— respondió sin mirar contrariamente y adentrando en sus cosas.
—Hyung, ¿vamos a comer? Parece que mi estómago va a consumirse a sí mismo.— entró el compañero y mejor amigo del más alto, Jeongguk, quien tenía un rostro afligido además de sostener su barriga con anhelo.
—Lo siento, Ggukie. Tengo que ir a recoger mi traje para el fin de semana. Te lo compensaré mañana.— sonrío para el menor y tomó su saco.
Se miró al espejo y acomodó su cabello perfectamente.
—Luces bien hoy. Demasiado bien...— el pelirrojo frunció el ceño confundido, analizando bien los movimientos de su amigo con perspicacia. Su rostro pareció cambiar por una amplia sonrisa al entender dramáticamente el estado del contrario. —¿Tienes otros planes hoy que no me hayas mencionado?.— se recargó sobre el escritorio con una sonrisa socarrona.
—Conocí a alguien.— dijo tajantemente mientras se giraba y observaba las intenciones de Jeongguk, retandole con otra sonrisa orgullosa.
—No es un "alguien" cualquiera para ir sobrearreglado.— río efusivamente.
—¿Exageré?.— los ojos de Hoseok se abrieron en sorpresa admirandose de nuevo en el espejo.
—Relájate, solo bromeo. Luces bien, pero debe ser una cita con alguien sumamente encantador.
—Tendrías que verlo por ti mismo. Es una belleza.— suspiró y mordió su labio. —Es totalmente mi tipo. Aunque es algo reservado y parece ser alguien difícil.
—No creo que sea un gran problema para ti. Tratas con muchos tipos de personas constantemente.
—Me puso muy nervioso, para ser honesto. Tiene algo que me llama la atención, es una locura.— metió una de sus manos en los bolsillos del pantalón.
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a tailored suit ➜ hopega
Fanfiction⌗ 𝐇𝐆 ﹔en esa tienda, hoseok sabía que había trajes y cosas sumamente bellas, pero no sabía que una de ellas sería el hijo del costurero.