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•𝗧𝗮𝗿𝗮•

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•𝗧𝗮𝗿𝗮•

Me moví por instinto, alejándolo varios pasos de mi, no me agradaba la libertad y confianza que tenía conmigo, a mi parecer era fastidioso, tal vez en la escuela sea mi maestro, pero aquí no es nada mio y no tiene derecho a tomarse tal libertad. Aunque esa sensación prohibida era lo más agradable, yo era una adolescente y él un adulto, era mi fantasía personal.

«No sabía lo que pasaría»

El sonido del ascensor abriéndose captó mi atención inmediata, me aleje de el y fui directamente a la sala, Nobara y Maki ya estaban ahí, ambas me miraron sonrientes, genial, ahora van a pensar cosas raras, aunque por otra parte, tal vez Gojo finalmente se vaya y yo dejé de mal pensar todas estas situaciones, el restaurante, el auto, el salon...

Salí de la cocina a pasos veloces, vi como el rostro de Maki se llenó de sorpresa al ver a Gojo salir detrás de mi, por su parte Nobara solo frunció el ceño, ¿acaso estaba pensando en nosotros de mala manera?. Mantenía una mirada seria, evitando por completo a el adulto en el lugar, me di media vuelta antes de llegar a la entrada, suspirando con pesadez, no podía permitir que el tio Nanami se enterara de algo que sucediera aquí, se vería mal.

-Profesor, ya puede irse -me esforcé en sonar casual- no es necesaria su presencia, podemos cuidarnos solas, gracias por traerme, le avisaré a mi tío que regrese a salvo.

Me observó por algunos segundos, la incomodidad estaba presente en mi, solo quería que se fuera de una maldita vez, no tenía motivos para seguir ahí si no se iba lo patearía. Esperaba que la mención de mi tío lo incitara a irse más rápidamente.

-Entiendo - dio dos toques a mi cabeza al pasar- tengan buena noche chicas

No me moleste en responder solo sonreí levemente, tampoco era como si debiera hacerlo, vi como se despedía de las chicas y luego entraba al ascensor, en el proceso de que las puertas se cerraran, sentía su mirada clavada en mi, pero yo solo observaba el piso con calma, fingiendo estar en cualquier otro lugar.

-¿Contexto?

Maki dejó las bolsas en la mesa del comedor había pasado por una tienda cercana por algunas golosinas, Nobara también me observaba esperando mi respuesta, ayudaba a Maki a descargar sus compras, sería una larga noche sin duda, ya conocía Maki, me haría mil preguntas sobre la extraña tensión del ambiente y la amabilidad del albino.

-Me trajo a casa por órdenes del tío Nanami -explique antes de ser interrogada- no me dejo opciones

Nuevamente una mentira, me estaba volviendo adicta a las mentiras, pero por la expresión de mis amigas se lo creyeron, sentí el peso de mis hombros caer, al menos no me preguntarían nada por ahora. Posiblemente Maki lo haría una vez que la castaña se marchara en la mañana, sabia que ella no se conformaría con aquella respuesta.

ZhelaniyeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora