Rouses
La palabra clemencia no se encuentra en el vocabulario del señor Rinaldi. Cuando hablamos de bailes o instrumentos es lo mejor de mi día, pero eso no quita que me echo correr veinte vueltas alrededor de la fuente. Mientras tanto Kate y Brad han estado en la piscina, me parece injusto.
Camino rumbo a mi cuarto a tomar una ducha reparadora. Veo a Maritza hablando con algunos trabajadores de la casa. Me acerco y ellos inclina la cabeza. No creo que pueda acostumbrarme a eso.
—¿Necesitas algo?
—Quiero ver más álbumes de fotos, por favor
—Están eligiendo los mejores para ti. Yo tengo uno de nuestros amigos, ¿quieres verlo?
—Por favor
Regresamos y vamos hasta su habitación en el palacio. Está muy ordenado, solo por un rincón donde hay muchas carpetas.
Saca de una caja un hermoso libro y me lo da. El encuadernado tiene bonitos detalles.
Lo abro y hay una foto de tres chicas, una de ella soy yo. Miro a Maritza.
—Ella es Liza. Se mudó a Canadá. Quiere venir a visitarte pero trabaja.
—Son gente normal
—Sí. Usualmente, te llevabas con gente normal
—No quería incomodarte —indicó
—No lo hiciste
Paso la página. Y hay una foto grande de muchos jovencitos. No reconozco a ninguno, pero siento como mi corazón se oprime como si él sí supiera quiénes son. Maritza me dice sus nombres. Me buscó en la foto y me encuentro a lado de un joven señor Caruso.
Paso la página y hay una foto de los dos abrazados en un sillón. Yo estoy hablando con un chico que se parece a él.
—Es su hermano
Paso la página y hay otras del resto, una mía donde estoy sola. Y más abajo una que parece ser del detrás de la foto. Frente a mí en esa mesa está el señor Caruso mirándome mientras bebe una lata de refresco. En todas las que aparecemos lo hace.
Cierro el cuaderno y tomo aire. Esa mirada es tan intensa que me produce escalofríos. Es como si supiera lo que estoy pensando. No lo quiero cerca porque el conoce cosas de mí que yo no y me pone nerviosa que alguien que no conozco tenga ese poder.
—No tengas miedo de Alessio o lo que puede hacerte. Te ama.
—Si lo hiciera Ashley Harris no estaría aquí
—¿Estás celosa?
¿Celosa? Claro que no. No lo recuerdo, pero lo conoces un poco. Mierda. Y eso que conoces te gusta. Ahora sabes por qué.
Si porque cuando era una niña me enamoré de él
—No estoy celosa —Sonríe —Solo que no entiendo que le vi, somos tan diferentes
—El se enamoró primero y fue estúpido al principio, pero después tú le correspondiste. El amor no se entiende y si tienes dudas deberías decirle
—No somos nada el y yo —Asiente
—Pero podrían intentar ser amigos al menos.
Maritza se va porque debe ir con mi abuela a una reunión. Yo salgo rumbo a mi cuarto encontrándome con Kate.
—¿Dónde te metiste?
—Viendo fotos —Le muestro el álbum que Maritza me ha dejado para que lo siga viendo —lo ves

ESTÁS LEYENDO
Seducción
ChickLitAshley Harris lo tiene todo: una prometedora carrera, la dirección de una empresa poderosa, y un compromiso con Alessio Caruso, el hombre que ha traído estabilidad a su vida. Pero todo cambia cuando Rouses Alessandretti, supuestamente muerta hace tr...