Beso Maldito - LeeOn

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Especial de Halloween

No soy buena con esta temática, pero quise intentarlo, espero les guste.







     Dongju abrió los ojos de sobresalto, totalmente asustado, se sentó sobre su lugar sintiendo su cabeza dar vueltas, llevándose una de sus manos a esta. Cuando el dolor disminuyó un poco, se dió cuenta en dónde estaba, sin embargo no sabía cómo había llegado allí.

    La oscuridad cubría absolutamente todo el cementerio, Dongju miró a su alrededor, confundido e intentando recordar cómo había llegado a este lugar. El dolor de cabeza no le daba tregua, así que después pensaría en ello, primero tenía que salir de ahí. Se puso de pie con sus piernas temblando, estuvo a punto de caer en varias ocasiones mientras se desplazaba por medio de las tumbas, el frío se colaba hasta sus huesos y la sensación de ser observado lo estaba poniendo paranoico.

  Logró salir del oscuro cementerio, cuando sonó su teléfono, que provocó que diera un pequeño salto debido al susto. Dongju buscó en su bolsillo de su pantalón y sacó el teléfono, era Hwanwoong. — ¿Sí?

  — ¡Dongju! — el nombrado alejó el dispositivo de su oído debido al grito de su amigo, quién había empezado a reír junto a alguien más, — Con Youngjo volvimos a casa, te buscamos por todos lados, pero no te encontramos y nadie te había visto, ¿estás bien? ¿Ya estás en tu casa? — y Dongju no supo que responder, ¿en dónde se supone que lo buscaron? ¿Había estado en alguna fiesta antes? No lo recordaba.

   — Uh sí, — mintió, — estaba por quedarme dormido. Lo siento por no avisarles. — añadió, dudoso.

  — Ah, está bien, — rió otra vez, — buenas noches. — y cortó. Dongju miró la hora en su teléfono, siendo las 3 am. Al menos ya había descubierto donde había estado, pero faltaba lo más importante, como llegó al cementerio y porqué estaba inconsciente allí. Observó a su alrededor y ningún vehículo pasaba por ahí, por lo que tendría que caminar hasta su casa.

  Suspiró derrotado, y empezó el trayecto. Se abrazó a si mismo debido a las bajas temperaturas de la noche. Se lamentaba de no haber salido tan abrigado. De vez en cuando se giraba a mirar detrás de sí, estaba seguro que no eran paranoias suyas, alguien. . . Lo seguía, y no sólo desde hace unos minutos, sino desde que estaba dentro del cementerio. Dongju apresuró sus pasos, su casa quedaba algo lejos de su ubicación y el miedo comenzaba a invadir, en esos momentos se maldecía en voz baja por haberle mentido por teléfono a Hwanwoong. Siguió caminando y metió sus manos en sus bolsillos delanteros del pantalón, encontrándose con una rosa en el bolsillo derecho, lastimándose con las espinas al sacarla. No tenía idea como llegó la flor ahí y como podía caer en su bolsillo, la observó unos segundos cuando sintió una intensa mirada sobre si mismo. Temeroso la dejó caer, mirando hacia todo lados encontrándose con la vacía ciudad nocturna. Dongju atinó a correr, no le importaba llegar sin aire a su casa, sólo quería llegar a casa y estar a salvo.

   De la simple sensación de que había alguien, pasó a escuchar como venía alguien detrás de él, sin embargo creía estar loco, estaba seguro de no oír pasos como los suyos por estar corriendo, ¿acaso el demente que venía por él, volaba? — Ay Son Dongju que estupideces estás pensando. — siguió corriendo, comenzando a sentir el dolor pasarle la cuenta a sus piernas y la falta de aire en sus pulmones, no quería dejar de correr, pero ya no daba más, faltaban algunas cuadras para llegar a su hogar y estaba a punto de lograrlo, las lágrimas empezaron a bajar por las mejillas de Dongju, a medida que este iba aflojando el paso, hasta caer finalmente al suelo de rodillas, lloró por el miedo que sentía, por no haber sido capaz de decirle a su amigo que necesitaba ayuda, por no haberse quedado en casa como le pidió su madre. Lloraba atemorizado en medio de la oscura noche que era iluminada solamente por la luna llena, cuando sin darse cuenta vio a alguien de pie frente a él, no obstante su cuerpo no respondía y se mantuvo allí, tal cual estatua mirando fijamente hacia arriba al sujeto a la vez que su respiración se aceleraba en desesperación y miedo.

  El desconocido usaba chaqueta de cuero, polera y jeans, todo de negro, que si no fuera por el temor que sentía Dongju, diría que se veía muy guapo. El hombre le miró de una forma que no supo descifrar y se agachó frente a él, mostrándole la rosa que antes Dongju había dejado caer, Dongju la miró sin entender, pero la sonrisa de aquel joven le causó escalofríos, cayendo sentando hacia atrás, sin poder moverse más que eso. — ¿Qué, qué quieres? — se atrevió a preguntar, — ¿Tú, me llevaste al cementerio? ¿Qué quieres de mí?

  El hombre no dijo nada, sujetó la mandíbula de Dongju con una de sus manos y sonrió divertido, acercándose a su rostro, uniendo sus labios en un apasionado beso, que Dongju no pudo evitar, su cuerpo no le obedecía, por alguna razón estaba a merced de este desconocido. En unos instantes, su mente en medio de la confusión hizo click, — Geonhak. — susurró en medio del beso. El nombrado sonrió de manera engreída y la desesperación y miedo inundó el cuerpo de Dongju, Geonhak abandonó su boca para dejar salir sus colmillos e introducirlos en el cuello descubierto de Dongju, quién dejó salir su último desgarrador grito en vida.

Oneus One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora