•| Prólogo |•

96 9 3
                                    

- Madara, solo promete que cuidarás del bebé, es nuestra sangre, nuestra unión, no dejes que nada le ocurra...

- Te lo prometo, Kiyomi, cuidaré de nuestra hija.

Uchiha Madara apretaba suavemente la mano de su esposa, sabía que no duraría ni media hora viva, el embarazo era riesgoso y la vida de ambas corría peligro, pero Kiyomi prefirió tener a su bebé y no abortarlo. Después de todo era su primer hijo, y no era cualquier hijo, era la primer Princesa del Clan Uchiha, Maii, Uchiha Maii, una bebé de cabello oscuro y unos ojos negros como la noche.

- No seas muy estricto con ella, trata que tenga una vida normal fuera de toda guerra, si?

Su voz se iba apagando y sus ojos cerrando

- Nos veremos en otro mundo, Madara, te amo.

- Y yo a ti, Kiyomi.

El hombre más fuerte del Clan Uchiha, comenzó a llorar besando a su mujer la cual se encontraba sin vida en aquel cuarto de una cabaña cerca de la aldea de la arena.
Madara lloraba en silencio para no despertar a la bebé, pero para ser sincero era lo que menos le importaba, ya que un odio hacia ella comenzó a crecer. Si Kiyomi hubiera abortado, seguiría con vida, pero prefirió a esa escoria antes que a él.

El líder del clan Uchiha, carga a su mujer para llevársela y sepultarla en un lugar x de ese territorio.
Sale de la casa y camina unos metros lejos de la cabaña, acuesta el cuerpo de su mujer y decide sacarle sus ojos, cualquier enemigo quisiera robarlos, el Sharingan es un Dōjutsu peligroso.

La Hija de Madara UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora