Conspiración I

13 2 0
                                    


Anteriormente...

- ¿Experimentaban con prisioneros?

-En un principio así lo hacían, pero se dieron cuenta que estos experimentos fallaban o bien no tenían el resultado esperado debido a su condición de betas o alfas- se detuvo frente a mí y coloco nuevamente esa mirada melancólica- ¿Adivina quienes se convirtieron en sus ratas de laboratorio? - mi boca tembló y sudor frio bajo por mi espalda

-I..impossiblee-

------------------------------------------------

Después de una pequeña siesta y una nueva dosis de supresor  Scott me llevo por un corredor, algunos alfas hacían guardia, la luz parpadeaba por el lúgubre y silencioso lugar, el medicamento que me dieron cuando desperté me había ayudado a reducir la ansiedad y el estrés, incluso el engorroso calor en mi cuerpo había disminuido; pronto llegamos a una habitación la cual estaba repleta de betas, sus ropas se veían desgastadas lo cual complementaba su decaído aspecto, seguimos caminando hasta que uno de los betas se planto frente a nosotros.

-Scott hemos terminado el chequeo de los nuevos-dijo mientras le extendía unos documentos

Mi curiosidad me obligo a dar una mirada sobre los documentos lo cual pareció molestar al castaño beta, Scott se dio cuenta sin embargo no dijo nada al respecto, solo soltó un bufido mientras se inclinaba un poco hacía mi dirección, debo decir que fue un gesto amable de su parte, teniendo en cuenta que mi hermano no era el típico hermano gentil o cariñoso, o al menos eso era lo que recordaba del pelirrojo de mi infancia.

-Tres están en cuidados intensivos y seis en cuarentena-

-¿Cuarentena?- no pude evitar tomar los documentos y revisarlos, esto sorprendió un poco a Scott, pero igual que antes no dijo nada al respecto

-Encontramos chips de rastreo en varios de los omegas, así como rastros de acelerantes hormonales-

-¿Así que pensaban usarlos para la siguiente fase?

Debo decir que en el pasado vi en más de una ocasión a Scott en su faceta de rebelde y malhumorado, sin embargo esta fue la primera vez que vi tanta rabia en su mirada, el beta frente a nosotros pareció retorcerse incómodamente evitando la mirada del alfa frente a él, a decir verdad fue una actitud muy predecible tomando en cuenta que el olor que empezó a fluir en la habitación causo un anormal silencio sin embargo por alguna razón no me sentí amenazado, tal vez se debía a algún efecto secundario de todos esos años con supresores, me sentí agradecido de no percibir su aroma, de solo imaginar un olor que era capaz de poner nerviosos a betas era algo que ningún omega quisiera tener que experimentar. Seguí revisando los documentos, Scott le pidió al beta que revisara el estado de los omegas en cinta, así como también el de los omegas que habían recibido las dosis de supresores.

Cuando el beta se retiró Scott volvió su mirada hacia mí, tomo los documentos de mis manos y revolvió mi cabello, no puede evitar sentir cierto alivio, habían pasado años desde la última vez que sentí el calor de mi hermano, me sentí estúpido por sentir aquello.

-La próxima vez pide los documentos como una persona normal idiota-

-Estoy tan capacitado o más en estos temas, mi segundo género no define lo que soy- Scott me miro atónito por un momento antes de soltar una carcajada

-El conejo salió de la madriguera- dijo mientras seguía riendo- Pero sigues siendo un enano... mueve el culo es momento de ver que tan fuertes son tus nervios.

Salimos por una de las puertas, el corredor no era tan largo como el anterior, no había tantos alfas como antes, finalmente llegamos a una gran puerta, Scott saco un manojo de llaves de su bata de laboratorio y mientras escogía la adecuada un ligero estremecimiento paso por mi espalda, era como si lo que sea que estaba detrás de aquella puerta de metal fuera peligroso para mí, después de algunos tortuosos minutos Scott paso la llave por la ranura y una luz azul pálida me cegó por un momento cuando esta se abrió. El olor era agrio, dentro de la habitación había un casillero con varios compartimientos, un escritorio y en medio una mesa grande con múltiples bocetos y mapas, reconocí uno de ellos, pertenecía al centro de recrió.

DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora