Un espacio

24 1 0
                                        

No había emoción más extraña que sentir que había pasado mucho tiempo, no estaba peleando con nada ni nadie, estaba hablando sola de nuevo, una de las veces que me había dejado de lado, me ocupaba de más tarea, más y más tarea... No me cansaba y eso me superaba hasta recuperar fuerzas y superar cada obstáculo en un espacio tan similar.

Estarías escuchando una voz que no conoces, tal vez podría ser la mía, diciendo que Jesucristo venció al mundo las veces necesarias como para crear un espacio perfecto para nosotros, estaremos hablando de muchos lugares ¿no es así?

Estarías escuchando mi voz mientras lees si tan solo me conocieras y no hace falta siquiera hacerlo, porque estaría preguntándome como hablas tu ¿como habla el?

Es amable... ¿es transparente? Y es que en momentos de soledad hay pocas palabras alentadoras, no faltan unas cuantas que te calman las ganas de llorar, no faltan unas cuantas que te hacen agradecer y solo unas cuantas que sirven para comprender lo que aun nadie te ha dicho.

La capacidad de aceptar y la necesidad de ayudar, es la ventaja de una buena compañía, es un momento paralizado en muchos conocimientos que no solo apoyan nuestra capacidad y necesidad.

En momentos de soledad, no falta pena, culpa y dolores y ahí se quedan sin rencores en un espacio... Creado por alguien amable, por alguien que podría comprender tus peores actitudes sin necesidad de cambiarte, tal vez mi voz ni mi rostro sea necesario para hacerte mirar la verdad, solo sabrías que soy humano como tu y eres tan humano como yo.

Estimada, Autoestima.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora