Catarina

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Cuando mi vida ya se terminaba,
Cuando la llama de esta se apagaba,
Vi como una mujer se me acercaba,
Y enfrente de mi cama se colocaba.

Era quien mi vida tomaría,
Era con quien mi alama se iría,
Fue ella quien me diría
Que de este mudo nada me llevaría.

Fue tan elegante su caminar,
Fue tan bello verla pasar,
Que me fue imposible negar
Que quería que ella me fuera llevar.

Un vestido que hacía verla hermosa,
Al mismo tiempo que poderosa,
Mas que el fulgor de una rosa,
Incluso más que cualquier otra cosa.

El velo negro que la cubría,
Las cuencas vacías que veía,
Era lo que la ensombrecía,
Aun así no temí cuando la conocía.

Sabía que este día llegaría,
Me propuse que no temería,
Que con gusto yo me iría,
Y que la muerte conocería.

Todos vamos a morir,
Eso nadie lo puede desmentir,
Por ello es que antes quiero decir,
Que a la vida dejo sin melancolía concebir.

Que me lloren los que me amaron,
Que rían los que me odiaron,
Los que este momento desearon,
Se que con gusto festejaron.

No quiero que me lleguen a llorar,
Se que me van a extrañar,
Se que me llegaron a odiar y amar,
Por eso no quiero verlos llorar.

Nadie me podrá convencer,
Nadie me podrá hacer creer,
Al final de su vida me podrán ver,
Que al morir los nos volveremos a conocer.

Me voy hoy con la catrina,
Que se vuelve mi madrina,
Y es ella quien opina
Que la vida es la mejor doctrina.

Poemas de un enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora