Noviembre de 2017.
Jonathan, se dirige a su piso. Es 5 de noviembre. Es el cumpleaños de alguien. Jonathan lleva una tarta en su mano derecha y su maletín en la mano izquierda. Lleva una gabardina azul, y debajo la misma camisa holgada y el mismo atuendo que en el 'baby shower'. Lo único que le ha cambiado es el peinado. Formal, pero con el pelo un poco más largo. Además lleva unas gafas de pasta negras.
Deja el maletín en el suelo y abre la puerta con las llaves. Trata de abrir la puerta silenciosamente. Lo consigue, y también consigue cerrarla de la misma forma.
Jonathan camina hacia el dormitorio, de forma lenta pero silenciosa. Las luces están encendidas. Su novia había estando enferma toda la semana. Espera que su novia esté en la cama.
Abre la puerta de su habitación. Pero lo que ve le extraña, y no le alegra. Hay un hombre, de pelo castaño, con flequillo, tumbado. Un bulto sobresale de la cama.
Su gesto cambia rápidamente.
-Carla -dice el otro tío.
Carla se quita la sábana de encima para ver quién es. Su gesto también cambia.
Jonathan no dice nada. Está pretrificado.
-Jon, no es lo que parece, verás... -dice Carla.
Jonathan deja caer la tarta. Cierra la puerta. Se dirige a la salida del piso. Cierra la puerta de golpe y camina, cada vez más rápido.
Escucha la puerta del piso de Carla abrirse.
Jonathan baja las escaleras más rápido. Sale del edificio y se dirige a un callejón.
Escucha a Carla salir.
-¡Jon! ¡Jonny! ¡Yo no quería! -le grita ella
Jonathan se lleva las manos a los oídos y cierra los ojos.
-¡Pensé que ibas a llegar tarde! ¡Lo siento!
Jonathan adquiere una posición casi fetal en el suelo.
-¡Jonathan! -grita Carla.
Jonathan sigue oculto y paralizado en el callejón. Se queda ahí varios minutos hasta que no escucha a Carla.
Ha pasado tiempo. Jonathan está tan paralizado como una zarigüeya. No ha visto ni su reloj, así que no sabe si han pasado 15 minutos o 2 horas. Está temblando. Y comienza a tener frío.
Enero de 2018.
Se dirige a su casa. Hace unas llamadas por teléfono.
-¿Mamá? -pregunta a la otra línea.
-Soy yo, Jonathan. Voy a volver antes de lo previsto a casa.
Jonathan bebe agua.
-No, no puedo quedarme aquí.
Jonathan empaqueta sus cosas.
-Lo sé, pero necesito estar en casa.
Jonathan coge un cuadro. Es un cuadro de una rosa y un gato.
-Ya me buscaré la vida. Seguro que necesitan abogados o algo por el lugar.
Jonathan se marcha del piso. Camina cabizbajo. Fuera hace frío.
Marzo de 2018
Jonathan se despierta en su antigua habitación. Está como la dejó cuando se fue a estudiar derecho. Pósteres de bandas de rock y electrónica. Una consola. Libros.
Pero Jonathan tiene ya 26 años.
Su casa es grande, pero vieja. Jonathan ha odiado esa casa, pero al fin y al cabo, es su hogar.Se ducha. Va a la cocina y ve que hay ya un desayuno preparado.
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Un Gato Y Una Rosa
RomantikUna abogado enfrenta un momento personal horrible. Acontecimientos volverán o sucederán ante él.