• ° • Capítulo III • ° •

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La alarma del celular hizo que se removiera entre las sábanas, tratando de alcanzarlo dió media vuelva y calló de la cama. Miró a su alrededor.

-¿Dónde. . .? -al escuchar su voz tomó su garganta y miró abajo, notando que las partes de su cuerpo habían cambiado, luego observó más abajo, sentía algo entre las piernas -hay algo ahí -su mano se dirigió a ese lugar lentamente hasta que toco el miembro del cuerpo en el que estaba. -¡ᴀʜʜʜʜ!

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La llave del lavamanos cerró haciendo que el agua que descendía desapareciera, la chica se observó en el pequeño espejo que había arriba del lavamanos. Estaba en el cuerpo de un chico. De un chico heterocromatico, su cabello estaba dividido en dos colores, rojo y blanco, y tenía una cicatriz en la parte izquierda de la cara.

-Shoto, ¿ya te levantaste? -La chica se exaltó y dirigió su mirada a donde provenía la voz -te tocaba hacer el desayuno, ¿te quedaste dormido?

Se asomó con delicadeza por la puerta-Lo siento.

La albina frente a ella le observó confundida -Eh. . . Bueno. Voy a salir, termínate el soba.

-Está bien

-No faltes a la escuela, aunque llegues tarde. Te veo al rato, Shoto. -la puerta principal fue cerrada y la albina desapareció de su vista.

Observó todo a su alrededor y se sentó frente al plato de soba -Que sueño tan raro.

El celular que estaba en la mesa dió un sonido sobresaltando a la chica

Iida: ¿Todavía en casa? ¡Date prisa!

La chica tomo el celular ajeno y leyó el mensaje. -Es Iida, ¿quién es ese?

Exaltada recordó que se le hacía tarde así que fue a la habitación del chico y tomó el uniforme entre sus manos, luego con un sonrojo desvió la mirada -Tengo que ir al baño.

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Salió de la casa donde se encontraba, el sonrojo era notorio en las mejillas -Demasiado real.

Con el teléfono abrió el mapa y buscó al lugar dónde tenía que dirigirse, la Academia U.A. paso por cientos de lugares, observando todo embelesada, eso era lo que siempre había soñado.

Entró a la academia yendo a su respectivo salón con nervios, los murmullos de platicas se escuchaban por todos lados, se asomó al aula cuando sintió una mano en su hombro.

-¡¿Ah?! -volteo encontrando a un chico de lentes peliazul.

-Todoroki, con que llegando a medio día. Vamos a almorzar. -con la mano aún en su hombro lo arrastró consigo -Ignoraste mi mensaje de texto.

-Señor Iida -murmuró en susurro y el nombrado río

-¿Señor? No exageres.

Y siguieron caminando hacía la azotea del lugar, cuándo llegaron se encontraron con un chico pecoso de cabellos verdes.

-¡Todoroki-kun!, ¿porqué has llegado tarde?

-Me perdí. . .

-¿uh? ¿cómo te perdiste camino a la escuela? -la chica jugaba con los cabellos albinos que caían por su frente.

𝐘𝐨𝐮𝐫 𝐍𝐚𝐦𝐞 [ᴛᴏᴅᴏʀᴏᴋɪ sʜᴏᴛᴏ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora