Nos estabamos mirando a los ojos, esos ojos verdes profundos que me atrapaban completamente en un universo paralelo, pero hermoso. Nos acercabamos poco a poco sintiendo la respiración el uno del otro. Me sentia protegida. Estabamos por juntar nuestros labios en un beso, estaba super nerviosa, y de repente...
¡ZAZ!
Una señora calida y agradable se aparecio en el umbral de la puerta
-Santi, cariño, ¿Podrias...?
Oh... lo siento
Con unos movimientos rapidos se retiro inmediatamente de donde estabamos.
-Era tu madre?-Le pregunte totalmente ruborizada por la interrupción.
-Si, pero no importa. Sigamos.-Me acercó más hacia el (si es posible) pero me vió roja como un tomate, y se empezó a reir. Casi nos agarraba un ataque al corazón asi que decidimos volver para mi casa. Caminamos todo el trayecto en silencio, llegamos y no había nadie despierto, por lo que aprovechamos y subimos a mi cuarto. Arreglamos para juntarnos otro día a la tarde, estaba por abrir la puerta de mi cuarto, pero me atrapó contra ella cerrándola. Se acercó lentamente a mi oído y me susurró algo que me dió un escalofrío.
-Te veo a la noche, Julieta...-El corazón me latió fuertemente. A lo que respondí.
-Nos vemos, Romeo...-Se separó de mi, me dió un beso en la mejilla y salió de la habitación para luego volver a su casa. Me cambié, me puse mi pijama y me fuí a dormir lo que quedaba de la mañana.
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Mi alocada vida en la adolesencia.
AlteleNací el 21 de abril, mis padres sintieron una alegría inmensa por tener a su primer hija, sana y fuerte. La niña fué creciendo alegre y despreocupada. Sus padres se separaron cuando ella era todavía un bebé, y ellos muy..."jóvenes". Mis padres no se...