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Era la ultima semana de KyungSoo en Hong Kong. SeHun le había pedido que regresasen lo más rápido posible. Se encontraba haciendo sus maletas, regresarían en dos noches, pero había decidido hacer de una vez las maletas para no estar con apuros. Joy y MyungSoo habían hecho muchas compras al igual que él y Minseok. A decir verdad, KyungSoo no había comprado muchas cosas, solo lo había hecho los días antes de toparse con JongIn.

Lo había estado frecuentando casi todos los días, y le había pedido entrar al hotel cuando Minseok salía a pasear con sus sobrinos y Hansol quien era la adoración de su cuñado.

Le encantaba JongIn de muchas maneras. No es que fuese amor, no era eso, más bien era atracción física y al buen sexo que tenía con él. En su vida solo había estado con dos hombres. SeHun era muy bueno en la cama no había duda de ello, pero JongIn no era tan malo. La diferencia es que a KyungSoo le gustaban los dos mucho. Claro mas su SeHun.

Se le hacía muy cómico a KyungSoo, la manera tan delicada y dedicada en como JongIn lo trataba. No había que ser muy inteligente para saber que JongIn estaba enamorado de él. KyungSoo no sabia si SeHun alguna vez había sentido siquiera amor por él y si alguna vez lo sintió ahora lo dudaba. JongIn lo adoraba en todos los sentidos y le expresaba su afecto de las maneras más extrañas que jamás alguien, o mejor dicho SeHun lo había hecho. Le citaba partes de libros en la cual procuraba alagarlo de todas las maneras posibles, y a la hora de hacerle el amor era tan delicado que a KyungSoo a veces lo desesperaba, habiéndole dejado su falta de apetito sexual siempre le pedía que fuese mas brusco con él. Eran las hormonas quien se comportaban cortante con JongIn, no él.

Le encantaba imaginarse con JongIn en una vida normal como la demás gente, siendo novios de escuela normal. Sin nada de todo lo que los rodeaba. Pero así era su vida y no había vuelta atrás.

Analizaba la situación y sabia que lo mejor era que jamás se topase con JongIn y esto solo quedase como una aventura. El moreno le había confesado que fue amor a primera vista aquella primera vez que lo vio. Para KyungSoo, siendo una persona inteligente pero carente de creencias por haber tenido una infancia y vida comprada, en las cuales no experimento mucho y no vio más allá de lo que SeHun le permitió ver, no sabia de eso. Su imaginación era grande por todos aquellos libros que había leído, pero sabia muy bien que aquellas historias solo eran eso, historia que pasaban en un libro, donde había finales felices y nadie sufría.

Dudaba del amor a primera vista de JongIn.

Para KyungSoo el pasar tanto tiempo con SeHun solo veía aquella aventura con JongIn como algo que aprovechar en el momento. JongIn se le hacia condenadamente guapo tanto como para dejarse preñar por él y tener un recuerdo suyo de por vida. Pero solo era eso, lamentaba tanto no poder adorarlo de la misma manera a como él lo hacia con él. Lamentaba no corresponder a su amor. Aunque KyungSoo seguía dudando de su amor, puesto que no se conocían lo suficiente.

¿Cómo JongIn podría estar enamorado de él?

El amor a primera vista era basura.

Pero a pesar de todo ellos le gustaba como era JongIn. Le gustaba como se mostraba duro y firme con los demás, y con él era solo un niño tímido al cual le encantaba pasear sus dedos por su barriga hinchada por el embarazo. En aquellas pocas semanas en las que se habían frecuentado había conocido tanto a JongIn. Y sobre todas las cosas KyungSoo sabia que eran alguien con quien podía tratar fácilmente sin tener miedo. Y sobre todo era leal. Se había dado cuenta de ellos por que JongIn era hombre de palabra, pero no del tipo de palabra que SeHun.

Y aquí era donde los temores de KyungSoo regresaban. Él jamás le dio pie a todas aquellas promesas que JongIn le había hecho, jamás le dio un 'si' por respuesta. Solo lo escuchaba atentamente, porque así era KyungSoo, no, mejor dicho, así lo había hecho SeHun. Ser una persona que solo escuchase y no opinara. Pero para alguien tan vivaracho como KyungSoo era imposible callar y solo escuchar, pero con JongIn si podía hacerlo. Podía estar callado por horas mientras lo escuchaba hablar, porque todo lo que le decía JongIn era muy bonito y lleno de esperanzas, no tenía ni siquiera intención de protestar o corregir, como siempre lo hacia con SeHun.

NicotinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora