Capítulo 48

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Pov Hyunjin

Un cálido rayo de sol fue el culpable de que despertara temprano. Froté mis ojos para evitar quedar cegada momentáneamente al abrirlos. Traté de girarme para cerrar la cortina y poder seguir durmiendo, pero me fue imposible. Heejin estaba atada a mi cuerpo. Una sonrisa se dibujó en mi rostro al recordar la maravillosa noche que habíamos pasado.

Pasé mi mano sobre la sábana por su cintura abrazándola y ésta se acurrucó aún más en mi pecho. Acomodé un par de mechones que no me permitían ver su rostro. Di un beso sobre su frente y uno más suave sobre sus labios teniendo cuidado de no despertarla, pero al parecer fue inútil. Lentamente abrió los ojos y una enorme sonrisa se pintó en su rostro al verme.

—Buenos días —dijo ocultando su rostro en mi cuello.

—Buenos días —respondí y di un beso sobre su cabello.

— ¿Qué hora es? —preguntó con voz ronca.

—Las nueve —dije después de confirmarlo con el reloj que estaba en el buró

— ¿Por qué despertaste tan temprano? —rio frotando sus ojos.

—Ese rayo de sol me despertó y no cerré la cortina porque no quería despertarte, de todos modos no funcionó —ahora yo me acurruqué entre sus brazos.

—Yo la cerraré —dijo sentándose en la cama —Pero cierra los ojos —me señaló.

— ¿Por qué? —pregunté extrañada.

—Ciérralos —ordenó nuevamente mientras se cubría con la sábana y entendí el porqué.

—Preciosa es estúpido que...

—No Jinnie—rio. Finalmente obedecí y me cubrí hasta la cabeza con la delgada sábana, sólo podía ver su silueta. La habitación volvió a oscurecerse.

— ¿Ya me puedo destapar? —pregunté.

—Ya —contestó y bajé la sábana, ahora su cuerpo desnudo era cubierto por una camisa a cuadros roja y negro mía.

— ¿Me la prestas? —preguntó con una voz de niña pequeña.

—No, quítatela —mordí mi labio inferior. 

—Entonces iré por ropa —dijo levantándose de la cama y caminó hacia la puerta.

— ¡Hey! —la llamé y se detuvo —Vuelve —le dije señalando con la cabeza el lugar vacío de la cama. Sus ojos se iluminaron y regresó corriendo a la cama.

—Sólo un rato más, tenemos que arreglarnos para esta noche y tienes que ir por tu vestido —repitió nuestro itinerario.

—Y si mejor no vamos y nos quedamos aquí... —dije envolviéndola en mis brazos.

—Hyunjin... —alargó, para ella era importante asistir.

—Está bien, está bien.

*

— ¿Jinnie? ¡Jinnie! ¡Despierta! ¡Hyunjin despierta! —abrí de golpe los ojos ante los llamados de Heejin.

— ¿Qué? ¿Qué pasó? —pregunté desorientada y alarmada.

—Pasa que son las cinco de la tarde y seguimos... ¡Así! —mierda, ¿las cinco? ¿Cómo habíamos podido dormir tanto? —Me daré una ducha, para después ir por mi vestido a la... casa de mi madre —su tono de voz cambió por completo. Dio un apasionado beso sobre mis labios antes de salir corriendo hasta el baño. Pasé mis brazos por detrás de mi cabeza y mi mirada estaba perdida en el techo. Sin duda alguna, estaba enamorada de ella.

Se escuchaba correr el agua en el baño y un dulce tararear que provenía del mismo lugar.

Un ligero pitido me sacó de mis pensamientos. Volteé hacia mi derecha y nuevamente se escuchó el mismo sonido, el cual era proveniente del celular de Heejin. Por tercera ocasión sonó. Lo tomé y sólo miré la pantalla, no invadiría su privacidad. "Tres mensajes de: Jinsoul." Me debatía entre presionar "ver" y "salir". Decidí presionar "salir" pero estúpidamente (sí, estúpidamente) presioné "ver". En automático el pequeño aparato me llevó a la bandeja de entrada y había demasiados mensajes de Jinsoul, más bien todos eran de ella. Tengo que aceptarlo, los celos me invadieron y elegí un mensaje al azar. "Muy bien, y ¿entonces? ¿Qué tal te fue? Acéptalo perderás la apuesta" — ¿Apuesta? —pensé divertida. ¿Qué habrá apostado este par? Y... ¿Por qué Heejin no me lo había contado? Sentía una inmensa necesidad de enterarme, que esta vez no pude contenerme y fui a la bandeja de salida en búsqueda del mensaje que respondía el previamente leído. "Excelente, tanto que puedo asegurar que tú has perdido la apuesta. No te sorprendas cuando Kim admita que está locamente enamorada de mí".

No sé cómo explicar lo que sentí. Sólo sé que quería estrujar el celular que tenía en mis manos hasta convertirlo en polvo, sólo sé que tenía unas enormes ganas de golpearme a mí misma por haber creído en ella. Sólo sé que me había roto el corazón...

Pov Heejin

Envolví mi cuerpo con una toalla blanca y salí del baño. Estaba tan contenta, ésta noche sería perfecta. Hyunjin seguía recostada, sus brazos estaban detrás de su cabeza. Parecía cómoda.

—Tu turno —le dije caminando hacia ella, pero sólo miraba perdidamente hacia el techo.

—Jinnie—canturreé y sacudió levemente la cabeza.

—Sí, ya voy —sonrió y se sentó en la cama.

—Nos vemos en un rato entonces —me acerqué para besarla pero corrió su rostro y puso su mejilla.

Afortunadamente no estaba mi madre en casa, así que sin problema alguno pude entrar por mi vestido. Al igual que por los zapatos y accesorios que usaría. Salí pidiéndoles a las de limpieza que mi madre no se enterara que había ido. Todas asintieron con la cabeza, les agradecí y salí.

Siete en punto, llegué a casa de Hyunjin, toqué la puerta y estaba abierta.

— ¿Jinnie? —pregunté, pero el único que me respondió fue el eco. Debía seguir en lo de su vestido.

Subí a grandes zancadas las escaleras hasta llegar a la habitación de Hyunjin. Esta seguía desordenada a excepción de nuestra ropa que ya no estaba esparcida por el suelo. Tendí la cama y acomodé todo lo que estaba fuera de su lugar. Vi mi celular en el buró, lo cogí y lo guardé en la cartera que usaría esta noche. Una vez toda la habitación ordenada volví a tomar una ducha para poder comenzar a arreglarme.

Pov Hyunjin

Ocho veinte, y aún no estaba lista. Me dejé caer en uno de los sillones de la sala, estúpido vestido como lo detestaba. Pero por fortuna, faltaba poco para que mi tortura acabara. 

Me, myself and iDonde viven las historias. Descúbrelo ahora