Capítulo 38

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Mientras seguía parada al lado de Jinsoul, me di la media vuelta y vi a Hyunjin. Recordé lo bien que la habíamos pasado el viernes, sábado y domingo. Así es, había salido todo el fin de semana con ella.

El sábado nuevamente me invitó a cenar y ésta vez se vengó diciendo que no me conocía lo suficiente para besarme y el domingo estuvimos en su casa, así que nos la pasamos con Yeojin y Tzuyu.

—No Jinsoul, no puedo seguir jugando con ella —me giré rápido y de inmediato llevé mi mano a mi boca —Mierda Jinsoul... —casi grito reclamándole por no avisarme que Jungeun estaba ahí.

—Perdón, pensé que ya no dirías nada —dijo con los ojos abiertos a tope.

—Yo, yo l-lo siento... —balbuceó Jungeun nerviosa —No era mi intención escuchar —cubrí mi rostro con desespero y una vez más me giré para caminar hacia mi casillero ignorando los llamados de Jungeun.

—¿Mala mañana? —me encantaba sentir su aliento en mi oído.

—Pésima —confesé largando un suspiro.

—¿Te ha molestado alguien? —preguntó seria.

—No —reí —Un problema con Jinsoul, nada más —saqué el último libro que necesitaría para las clases de hoy.

—¿Segura?

—Completamente.

—Bien —el timbre nos indicó que era hora de entrar a clase. Física, nos tocaba juntas.

—Hey, ¿a dónde vas?

—A mi lugar —contesté obvia y negó con la cabeza, la ladeó hacia la izquierda indicándome que la siguiera.

—¿De verdad? —pregunté con los ojos abiertos a tope, quería que me sentara con ella.

—De verdad —afirmó y sin pensarlo dos veces la seguí.

—Muévete —le ordenó a un sujeto que la verdad ni sabía que estuviera en el salón.

—Pero ahí hay dos lugares —señaló intimidado los dos sitios de adelante.

—Muévete —repitió y yo estaba por decirle a Hyunjin que nos sentáramos en los de adelante, cuando el sujeto tímidamente se puso de pie dejando libre el lugar.

—Eres una bravucona Hyunjin—le dije riendo.

—Siéntate —me dijo cediéndome el asiento de atrás.

La clase comenzó, era primera hora y yo ya quería salir corriendo. Bueno, todos queríamos salir corriendo. El profesor explicaba el procedimiento para la resolución de unos problemas y no dejaba de escribir. El marcador azul rechinaba al ser presionado contra el blanco pizarrón. Hyunjin con fastidio echó la cabeza hacia atrás, por lo que no dudé ni por un segundo divertirme con su hermosos negros mechones.

—Me encanta tu cabello —confesé en un susurro, volteó a verme y sonrió.

Levantó su cabeza volteando nuevamente hacia el pizarrón, puso su cabello hacia un costado, dejando al descubierto un poco de piel en la parte baja de la nuca. Con la punta de mis dedos hacia pequeñas caricias provocando que se estremeciera.

—Basta —susurró.

—¿No te gusta?

—Sí, pero... —volvió a estremecerse.

Me, myself and iDonde viven las historias. Descúbrelo ahora