¿contratar a una desconocida? esa idea puede ser una completa locura, pero para Naruto no fue tan descabellada al conocerla a ella.
¿que se sentirá conocer a alguien lo suficientemente dulce como para querer protegerla y lo suficientemente ardiente...
-ah señor Naruto! -la rubia saltaba repetidamente sobre mi-
Aquella empleada no tenía ningún significado para mí, nada más que un momento de distracción, solo un juguete desechable que después de usarlo no dudaré en botarlo al igual que los anteriores.
-eso fue fabuloso señor -su cabeza estaba apoyada en mí hombro-
-no es la gran cosa -dije sin importancia- no es nada personal pero deberías irte ahora ya es tarde
-porque no me quedo un rato más?
-creo que no entendiste, te estoy echando de una forma sutil
-ah bueno en ese caso -se levanto y arreglo su vestido- cree que esto se repita?
-no te aseguro nada
-bien, nos vemos luego -se fue con lágrimas en los ojos-
Me quedé solo en la gran y vacia oficina mientras me deleitaba con la hermosa vista que se proyecta por la ventana, hasta que alguien interrumpe mí tranquilidad.
-se puede? -entro a la oficina sin golpear-
-eres tu Sasuke -sonreí- acaso no te enseñaron a golpear?
-no realmente
-que te trae por aquí?
-me preguntaba porque tu oficina seguía prendida tan tarde así que decidí venir a ver -se sentó en una de las sillas frente al escritorio- vi a una rubia llorona en el pasillo así que supuse que era otro de tus juguetes
-supusiste bien
-antes era yo quien las hacia llorar, en que momento cambiamos papeles? -rió-
-no tengo idea -rei con el-
-que te perece si vamos a tomar algo, debes despejarte un poco del trabajo solo tienes 23 y mírate
-primero que todo tu estás igual y segundo acepto tu propuesta
Salimos de la oficina no sin antes poner la seguridad suficiente para que nadie puede entrar y dejamos el edificio para dirigirnos a la disco que solemos frecuentar, entramos y nos ubicamos en nuestra mesa favorita la cual está en una esquina un tanto alejada del bulto de gente y al mismo tiempo tiene una vista hacia todo el local.
-alguna chica te llama la atención? -me preguntó-
-mmm no realmente
-que te parece esa? -la apunto-
-mucha silicona
-y esa?
-muy plana
-y esa otra?
-a esa ya la conozco
-eres difícil -suspiró-
-a esa nunca la he visto por aquí -la apunte con la mirada-
-a la que está llorando en la esquina? -me miro levantando una ceja-
-ella misma
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