Dicen que hay una bruja en el bosque.|AkaFuri|

Hay dos brujos en el bosque.

15 años después.

Akashi se despierta antes que nadie dentro de la cabaña donde ha vivido los últimos quince años de su vida, aprendiendo todo lo que pueda aprender de Furihata, sin embargo, el brujo le ha enseñado más de lo que Akashi hubiera deseado.

Le enseño sobre venenos letales de rápido efecto y venenos letales que causan una muerte lenta y dolorosa, sobre hechizos para hacer enloquecer a una persona, rituales para hacer de la vida de una persona el infierno en la tierra, le enseño a volar sin una escoba, porque, obviamente las brujas y los brujos no necesitan de un artículo tan primitivo para volar, le enseño a hablar con la naturaleza, porque no hay mejor aliado que ella; puede hacer que el viento sople con la suficiente fuerza para derribar una montaña, puede ocasionar una inundación en el rio o que la lluvia nunca llegue, puede pedirle a la tierra que no deje que nada viva o crezca en ella.

Pero no es tan fácil, en primer lugar, tiene que agradarle a la naturaleza, porque ella no oirá a nadie que consideré indigno, mucho menos complacerá los caprichos de un niño, eso sería si Akashi fuera una persona común, porque él tiene a su maestro, su maestro que es amado por la lluvia, el fuego, el sol, el viento, el agua y la tierra.

Y ese maestro, lo atesoraba a él.

No tardó más de tres años en conseguir que obedecieran sus órdenes.

No tardó más de cuatro años aprender todo lo que necesitaba para su venganza, con todo eso, Akashi había planeado mil formas de llevar a cabo su venganza en el pueblo, todo lo que necesitaba es que el brujo muriera y él sería libre de comenzar un verdadero pandemonio.

Entonces, comenzó su juego donde Akashi idearía algunos planes para asesinar a su maestro, con su maestro esquivando fácilmente la muerte, sonriendo y palmeando su cabeza después de cada intento.

—Es hora de cenar.

Akashi no entendía a este hombre.

¿Intento asesinarlo, pero solo le dice que es hora de ir a cenar?

— Si, Furihata-sama, date prisa Akashi-kun.

Tampoco entendía a este gato persona.

¿Intento asesinar a su maestro, pero se preocupa por qué coma?

—Akashi bastardo, deja a Furi en paz.

Esa era la reacción que esperaría del hombre tigre que devora vacas y cerdos en el pueblo de Teiko, el que Furihata llamó Taiga.

Si pudiera domarlo, sería un gran aliado, su maestro no pudo formar un contrato maestro—sirviente, o mejor dicho no quiso.

—Porque no considero a Taiga un sirviente, es un gran amigo, —dijo su maestro cuando pregunto.

¡Qué tontearías!

Cuando logre asesinar a su maestro o su maestro muera, Akashi no dudara en atar a Taiga a un contrato de obediencia absoluta. Todo lo que su maestro fue incapaz de realizar por su corazón de azúcar, Akashi Seijuro lo tomaría si sirve para su venganza.

Aunque su maestro es un brujo, no es capaz de comportarse como uno, él ha visto al brujo Hanamiya Makoto y a Haizaki Shougo, hacer cosas horrendas en verdad, como devorar al leñador incauto que no apresuro su paso y tuvo la desdicha de toparse con Shougo en medio de la noche, Makoto incendio los almacenes de un pueblo de Seirin, lleno de toda la cosecha de la temporada y secuestro a un niño, diciendo que si no le daban al menos doce vacas y diecisiete cerdos, el niño seria su cena para el anochecer.

Su maestro en cambio, fue el dulce hombre que cosecha zanahorias y papas, sin embargo, al intentar ver a Furihata como un brujo malvado que devora hombres, incendia almacenes y secuestra niños, es imposible para Akashi.