Capitulo 1-4: La Niña

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Durante un largo tiempo estuve dentro de la tubería de la ventilación, hasta que percibí ruidos, me dirigí a la dirección de la cual provenían, al llegar al final del camino llegué a otra habitación, era la biblioteca a la que siempre iba a leer y al otro lado de la puerta se escuchaba como la gente pasaba, así que, pateé con todas mis fuerzas la ventila para poder abrirla. Salí de la biblioteca y la gente que vi al salir se veía demasiado alterada, ese lugar era la zona comercial de la Niña, la gente de toda el arca se estaba reuniendo ahí ya que era el área principal de la nave.

Me tranquilicé un poco, sin embargo, el miedo no se iba y la tristeza permanecía, por lo que comencé a observar el espacio a través de la cúpula que estaba en el techo de la plaza, siempre que veía al exterior pensaba con más claridad, me despejaba de malos pensamientos. Comencé a preguntarme en donde podría estar mi hermano, pero, un destello en el espacio interrumpió esa paz, una luz que tan pronto la vi la deje de ver.

El disparo había dañado el casco de la nave, pero el interior se había destrozado. Gritos de sufrimiento y tristeza es lo único que se escuchaba. La paz que había encontrado ahora estaba bajo los escombros y el fuego que ardía a mi alrededor.

De pronto escuché que alguien me llamaba, esa voz me resultaba tan familiar. Me levanté adolorida, con la frente sangrando, los oídos me dolían y la cabeza sentía que me explotaba. Comencé a buscar de donde procedía el ruido, pero el humo no me permitía ver con claridad. En ese momento, vi una pequeña sombra al otro extremo de la plaza, conforme el humo se dispersaba las lágrimas salían de mis ojos, mi hermano estaba frente a mí.

Juntos abandonamos la plaza, pero antes de seguir avanzando entramos a uno de los baños que estaban en el pasillo, Hayden quería limpiar la herida en mi rostro, resulta que aún había un botiquín de primeros auxilios, así que lo usamos, se acercó a mí, comenzó a quitar la sangre de mi frente y conforme la limpiaba yo lloraba.

Cuando Hayden terminó de tratar la herida me abrazo con fuerza y me dijo.

-Se que tienes miedo y estás muy triste, así que llora todo lo que puedas ahora, porque cuando atravesemos esa puerta quiero que seas fuerte...-

Estoy segura de que siguió hablando después de eso, pero estaba llorando tanto que deje de escucharlo. Poco después me dijo que los Tax eran los que habían atacado la nave y que papá se separó de él para distraer a sus bestias de caza, las mismas bestias que mataron a mamá. Hayden en ningún momento preguntó por ella y yo no sabía cómo decirle, sólo le dije que ya estaba lista para avanzar.

Al salir de los baños nos dirigimos a las cápsulas de escape, sin embargo, la zona que teníamos que cruzar se habían llevado la peor parte del ataque. Pasillos destrozados, fuego por todos lados, se podía respirar la muerte en el aire, el asco y el miedo recorrían mi cuerpo de pies a cabeza, se sentía como si entrara a la guarida de la bestia. Repentinamente otro impacto sacudió la nave, el abrupto movimiento había ocasionado que el piso se viniera abajo, caímos tan rápido que únicamente pude parpadear y al abrir los ojos lo primero que vi fue el cuerpo inherte de una niña.

Habíamos caído tres pisos, aquel lugar era una sala de máquinas, pero por todos los muertos que había parecía un matadero. El entorno era demasiado desagradable y oscuro, la única iluminación que tenía lo daban las luces de emergencia, aun así, seguía siendo aterrador. Pensé que podría sopórtarlo, el miedo se apoderaba de mí y en un arrebato de pánico casi salgo corriendo, sino fuera por Hayden que tiro de mí bruscamente hacia abajo. Puso su cuerpo sobre el mío, me miró a los ojos y negó con la cabeza, como si supiera lo que quería hacer, a pesar de tenerlo encima, sentía frio, la oscuridad nos abrazaba, el único sonido que escuchaba era el palpitar de nuestros corazones, palpitando una y otra vez.

Quizá fue por instinto de supervivencia, pero sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, advirtiendo lo que venía. Una de esas bestias de caza pasaba por encima de nosotros, no obstante, parecía no vernos, me di cuenta de que era ciega y que fue el ruido lo que la atrajo, lo mismo que había pasado en el almacén con mi madre.

La criatura siguió su camino, aunque no daba la impresión de ser la única. Nos apartamos de ese lugar con mucho cuidado, para evitar encontrarnos con alguna otra. Aunque por más que avanzábamos en la penumbra del lugar no dábamos con una salida. Aun así, lo único que nos quedaba era seguir avanzando hasta encontrar por donde salir. 

Divinity : The calls of the voidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora