What's the Password?

Capítulo: 11

Notas:

Aviso de contenido: tortura, sangre. Si prefieres omitirlos detente cuando veas "***" y reanuda en el "****" (hay dos)

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    "¿Qué carajo quieres decir con que mi hermano está perdido?" Jiang Cheng siseó.

"Jiang Cheng—", comenzó Lan Xichen.

"No me digas Jiang Cheng", siseó de nuevo, "¿Dónde. Está. Mi. Hermano?"

"Él desapareció del campus", dijo Lan Wangji a una preocupada Jiang Yanli. Ella parecía tomárselo mejor que Jiang Cheng, a juzgar por el creciente cansancio en la voz de Lan Xichen.

"¿Cómo?" Preguntó Jiang Yanli.

"No lo sabemos", dijo Lan Wangji, "Solo encontramos su mochila. Qinghe vino y encontró su etiqueta de empleado, abandonada".

Jiang Yanli guardó silencio durante mucho tiempo.

"No se lo digas a nadie", dijo Jiang Yanli con voz suave, "no le digas a nadie que mi hermano está desaparecido".

Lan Wangji estaba confundido.

"¿No deberíamos permitir que lo supiera más gente?" Preguntó Lan Wangji.

"Él tiene secretos", dijo Jiang Yanli, con firmeza en su voz, "no sé cuáles son, pero confío en A-Xian. Cuando esté preparado, me lo contará. Hasta entonces, lo protegeré a él y a sus secretos".

Lan Wangji cerró los ojos, con su teléfono en el regazo. Había visto a Jiang Yanli una o dos veces, y le había parecido una persona tranquila y amable. Sin embargo, lo que acababa de escuchar en su voz no era más que una sólida determinación. Miró a Lan Xichen, que seguía hablando por teléfono con Jiang Cheng.

Quizás todos los hermanos mayores compartían este rasgo, decidió Lan Wangji.

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Jiang Cheng llamó primero a sus padres. En cuanto terminó la llamada, sintió la necesidad de lanzar algo. Apretó los puños en su regazo. Su hermano actuaba como un idiota. Se pelean todo el tiempo. Pero, mierda, Jiang Cheng iba a romper personalmente las piernas de quien le había hecho esto a su hermano. Su estúpido y cariñoso hermano.

Se dio una hora para dejar salir sus emociones. Hizo crujir sus dientes, golpeó varias almohadas caras en la Mansión Azul de los Lan. Creó todo tipo de planes de venganza en su mente, dispuesto a causar estragos en el mundo.

Al final de su hora, Jiang Cheng respiró profundamente y se recompuso. Una frialdad glacial se instaló en su alma. Sacó su ordenador portátil, hizo estallar sus nudillos y reunió todas las conexiones que pudo, como estudiante de negocios en la mejor universidad, como empleado de la mayor empresa tecnológica del país, como heredero de la otrora poderosa Agricultura Yunmeng.

Jiang Cheng se aseguraría de la maldita ruina de la gente que le hizo daño a sus seres queridos.

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Sabía que estaba soñando, porque Lan Zhan estaba de pie frente a él, sosteniendo su mano. Lan Zhan sostenía su mano como si fuera la joya más preciosa del planeta.

"Wei Ying", dijo el Lan Zhan del sueño, con su voz aterciopelada, "no te apresures. Piénsalo bien".

"Lan Zhan", respondió el Wei Ying del sueño, "creo que me gustas".

La mano de Wei Wuxian fue arrancada de la de Lan Wangji. Wei Wuxian cayó hacia atrás, muy, muy lejos de Lan Wangji.

Frío, todo estaba frío. Su chaqueta hacía tiempo que había desaparecido, le dolían las articulaciones y le dolía el cuello de estar en la misma posición. El propio aire que aspiraba con cada respiración parecía picarle los pulmones, como mil agujas diminutas. Dejó escapar un pequeño gemido, probando sus manos y flexionando los dedos. Cuando no pudo mover los brazos, los ojos de Wei Wuxian se abrieron de golpe.