Extra 2: Crédito adiconal.

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La puerta se abrió de par en par hacia el dormitorio de Sizhui y JingYi y un Brian angustiado irrumpió en él. Se arrojó dramáticamente sobre la cama de JingYi y declaró.—Estoy jodido. Total y magnificamente  jodido. Como siete maneras diferentes de follar un domingo.—Rápidamente dirigió una mirada furiosa a JingYi que acababa de abrir la boca.—Y no, pequeña mierda, no estoy jodido de la manera que quiero estar.—JingYi cerró la boca y se encogió de hombros al ser llamado con tanta precisión. Brian se tapó los ojos con el brazo y gimió.—Sizhui, ¿cómo me transfiero? ¿Es posible transferirse un par de días antes del segundo semestre? 

Sizhui le lanzó una mirada a JingYi, preguntándole en silencio si sabía de qué se trataba la teatralidad esta vez, pero JingYi simplemente se encogió de hombros.—Brian...—comenzó con cautela.—¿qué pasó?

—¡Tu familia! ¡Eso fue lo que paso!—Lanzó sus manos al techo.—Estoy maldito. Esa es la única explicación. Me han maldecido y ahora necesito realizar un ritual para deshacerme de esta maldita maldición.— Volvió la cabeza hacia JingYi.—¿Crees que el club de Wicca me hará un amuleto hippy o crees que tendré que sacrificar un pollo o alguna mierda de esas?

Sizhui frunció el ceño.—Espera, ¿tuviste un encuentro con Jin Ling?

—No.

Las líneas en el frente de Sizhui se profundizaron. Jin Ling era su única familia en el campus. Ni sus padres, primos ni tíos estaban de visita, siempre se lo hacían saber antes de pasar. Entonces eso dejaba a... Oh.



Ese mismo día, Brian estaba matando el tiempo en la última media hora de su turno en la cafetería, haciendo garabatos en un vaso de papel con un marcador de punta fina cuando sonó la campana sobre la puerta para anunciar un nuevo cliente. 

No prestó mucha atención al nuevo cliente mientras su compañero de trabajo tomaba su pedido y luego le entregaba la taza marcada para el café con leche matcha de soja del hombre. Mientras se inclinaba hacia el recipiente de leche de soja que había debajo del mostrador, miró al cliente para el que estaba preparando la bebida. 

Brian se  quedó sin aliento y fue una suerte que la máquina de café exprés lo ocultara parcialmente de la vista porque sus ojos se abrieron con los de búho, mirando su presa. 

Maldita sea, este hombre estaba súper bien. Mientras que Brian tenia la cara demacrada. 

No hizo nada para restar valor a los rasgos a la vez fuertes pero refinados de su rostro bien afeitado. No podía ponerle una edad, pero definitivamente era al menos veinte años mayor que Brian. El hombre prácticamente rezumaba altiva sofisticación, desde su mirada intensa hasta su chaquetón Burberry y la curva de su cabello perfectamente peinado que le caía sobre los hombros. En otras palabras, el hombre era 150% del tipo de Brian.

Brian seguía lanzando miradas mientras hacía espuma con la leche de soja para el café con leche. No había visto al hombre en el campus antes, por lo que debe estar aquí solo unos días o un profesor visitante, Gusu era el tipo de universidad pequeña donde, incluso si no conoces a alguien, al menos lo habrías visto varias veces. 

De cualquier manera, ya que no había forma de que volviera a encontrarse con el hombre, Brian se sintió lo suficientemente seguro en su rápido análisis de costo-beneficio como para escribir su número en la taza con un "Llámame" y un corazón debajo antes de girarse para entregárselo al hombre. 

Solo le tomó una fracción de segundo al hombre ver el número en su taza. Sus ojos se abrieron para encontrarse con los de Brian.—¡¿Cuál es el significado de esto?!—ladró.

Los ojos de Brian se abrieron tanto que uno podría preocuparse de que se le cayeran de la cara. Esa voz... el rostro era tan diferente, pero esa voz era la misma que lo reprendió en Historia antigua y la que pronto estaría escuchando todos los lunes en su clase de "Arte de la guerra."



Sizhui's Mom Has Got It Going OnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora