알파Alfa amanerado. [Taekook]

5. "rechazo"

El ensordecedor silencio llevaba atormentandole desde que habían citado su presencia hace tan sólo unas horas. Un repentino encuentro que le había incrementado su estrés, a tal punto que creía que en cualquier momento estallaria.

Y no podía. No debía. Era un alfa. Y no cualquier alfa...

"Joven Jeon" saludó cortésmente un empleado del lugar al que podría considerar como un segundo hogar, reverenciando ante él con respeto. "El señor se encuentra en su oficina, está esperando por su presencia, joven"

Sin poder evitarlo al apreciar de quien se trataba, en un acto de impulsividad apretó sus hombros con calidez al notar su afección. "Me alegra verte de nuevo, Jin" le susurró con suavidad al beta que podría llamar padre. Había formado parte de su crianza desde el primer momento. El que ahora lo notara tan distante, le dolía.

"Yo igual Joven" se concedió el privilegio de responderle, aún sin mirarle. Sus manos temblaban y aunque intentó con todas sus fuerzas el hacer que aquello pasara desapercibido para el alfa que tenía ante él, le fue imposible.

"No me trates como si no nos conocieramos" dijo en voz baja Jungkook. Su voz demasiado ronca debido a los sentimientos que comenzaban a medrar en él con suma rapidez. El gran muro que solía colocarse cada que venía a su casa, comenzando a agrietarse.

Necesitaba serenizarse... necesitaba controlarse. Por el bien del beta. Por su bien.

El beta permaneció en silencio. Su cuerpo tenso, no realizó movimiento alguno. Luego de unos segundos, debido a su insistencia, el beta no le quedó alternativa que comprobar si alguien se encontraba a las cercanías.

"No hay nadie por aquí. Puedes hablar tranquilo" aseguró Jungkook al entender su accionar.

Se permitió relajarse, confiando plenamente en él. Alzó su mirada, encontrándose con los ojos del alfa. Sintió una punzada en su pecho al comprobar algo que temía.

"Tu mirada, querido" susurró con tristeza, sosteniendo sus ojos con los propios. El solo verle provocando que Jungkook se calmara; sentía como si le estuviera arropando como hacía cuando pequeño. Notó como la diestra de su padre se elevó ante él, manteniendola ahí. No se podría dar el lujo. El tocarle siendo un privilegio, ojalá fuera eso lo que pensara Jeon. "Tus ojos..." sollozó sin poder evitarlo.

Jungkook asintió hacia él. Su cabello largo, hasta los hombros, caía sobre su espalda con elegancia. Sus anchos hombros, su altura. Sus ojos color cielo; aquellos que le habían permitido conocerse a si mismo, que le habían ayudado tanto sin siquiera darse cuenta. ¿Cuánto le debía a aquel muchacho que tenía en frente? Sin duda, jamás lograría devolverle todo lo dado.

Jeon tomó su mano con suavidad, temiendo espantarle. Al no ver una reacción negativa, se permitió besar sus nudillos. Sin dobles intenciones, tan sólo con un inmenso amor paternal.

El respeto que su padre merecía. Porque sí, aquel beta lo era. Por siempre y para siempre, sin importar lo que el resto dijera.

"Te prohibió verme" afirmó Jungkook aún sosteniendo su calida mano. Apreció un anillo de oro descansando sobre su delicado anular.

Jin asintió, corroborando su hecho. Sus ojos le miraban con cariño y anhelo. Sabía que deseaba abrazarle, más temía el hacerlo.

"Debes ir con él" le dijo con suavidad al tiempo que resguardaba tras de su oreja parte de su cabello.

Jungkook bajó la mirada al entender por fin en que posición se encontraba. Nunca jamás, le había importado lo que el alfa de esta familia pensara sobre él y sus decisiones. Sin embargo...