ECBN[6]

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Hubo una fiesta, Lis y Jess, estaban celebrando acabar la preparatoria, Lis solo pensaba, ¿dónde estás?Ella se conformaba con tan solo ver su cara, aunque fuera un instante, bailó toda la noche, se divirtió, pero la imagen de Geo no se iba de su c...

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Hubo una fiesta, Lis y Jess, estaban celebrando acabar la preparatoria, Lis solo pensaba, ¿dónde estás?
Ella se conformaba con tan solo ver su cara, aunque fuera un instante, bailó toda la noche, se divirtió, pero la imagen de Geo no se iba de su cabeza.

Y fue ahí, en cuanto aquella fiesta acabó, sintió aquellas pupilas fogosas buscándola entre la multitud necesitando callar el llanto de susurros clamando por ella. Entre balbuceos dijo a su subconsciente: Siempre has sido tú, esa es mi condena.

Al llegar a casa, Lis se acostó en su cama, que difícil era olvidar aquel momento, aquella mirada como la del primer día, los ojos de Geo eran como los de un niño que quiere un juguete, Lis estiró los brazos y de repente, sus ojos aguados, sus mejillas rojas, sus piernas temblorosas, su voz sollozando, pidiendo a gritos que regresara hacer lo que un día dijo jamás acabaría.

Lis necesitaba a Geo más de lo que ella imaginaba, la ignorancia de Geo era la base de su encarne. Y entre sus sollozantes suspiros supo que debía dejarlo ir, Geo solo la cuidaba cuando no la tenía.

El Chico de la Bicicleta Naranja©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora