Ella lo amaba arrebatadamente.
¿Él? A lo mejor, no lo sé, no lo creo.
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Lis se fue a su casa como viento en popa, estaba tan feliz con solo esa mirada. Tenía tantas ilusiones en su cabeza que le era imposible deshacerse de ellas. No podía olvidar aquellos ojos que la miraban como clamando por sus labios, como necesitando de su respiración, como si no hubiera un mañana.
Fue ahí donde entendió que debía hacer algo para acercarse aquel alma que solo pensaba en una cosa: Que chica tan guapa, pero no me pienso enamorar.
Pero eso, les aseguro que era imposible.
Luego de ese encuentro, surgieron muchísimas casualidades, Lis y Geo se encontraban a todas horas, eran dos almas tan unidas que parecían una sola. Comenzaron a salir y a conocerse, mientras que por otro lado Jess y Jhon se alegraban tanto por ellos, creían haber juntado a la pareja perfecta, y no era así...
Los padres de Lis no sabían de su relación con este fenómeno y créanme que era de preocuparse. Nadie quiere lo malo para sus hijos.
Pero Lis tenia una felicidad tan ficticia, cuando ni siquiera Geo le había pedido que fuera su novia. Estaba tan perdida en los ojos de aquel hombre, nada podía hacerla reaccionar. Y aunque la traicionara, y la dejara plantada mil y una vez, ella seguía sin importarle las consecuencias, estaba tan segura y tan equivocada.
