La noche del terrorífico méntor

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Era invierno,las montañas estaban nevadas y los zorros árticos se podían encontrar en las afueras de la pequeña aldea sin nombre. Era un un día perfecto, no había tormenta y el sol brillaba, en el bosque, ademas del sonido de diferentes animales, sonaba una chillona canción:—¡Lexosi se hizo pis en el saco de dormir!—.—

¿¡Quién yo!?—.

—¡Si, tú!— 

—¡Yo no fui!—.

—¿Entonces quién?—.

Un grupo de cuatro niños iba en fila, por delante de un hombre de gran nariz, que cargaba un bebe bastante travieso. El hombre se veía demacrado, con ojeras, y parecía que en sus ojos la luz se había muerto, y no hace mucho, sino desde el primer día que asumió como maestro del Colegio de los Tulipanes. Aunque tenia un nombre muy bonito, era la única escuela del pueblo y solo albergaba 5 estudiantes. Lexosi, el último de la fila y el mayor, había repetido innumerables veces el cuarto grado, tenia un frondoso bigote e iba con un chaleco rojo y traje verde. Le seguía el pequeño Alex, bastante travieso, llevaba un casco y una campera azul, y delante de este, un niño con una campera roja y bolas de nieve en la mano, Jesús cantaba alto a la vez que intentaba darle al primero de la fila. De bonito cabello, con un abrigo morado y también bolas de nieve el la mano, Vegetta le devolvía los golpes y además atinaba. Otro niño iba junto al maestro, Herny, a quien llevaba de la mano ya que era un poco mas pequeño que los anteriores y a Arsilex, el bebé, lo llevaba a upa.

—A ver chicos, podéis parar por favo—Elyas recibió una bola de nieve de lleno en la cara

—JAJAJAJ—.

—Daño colateral profe...—.

—¿Estás bien méntor? te ha dado en toa la cara jaja—.

—Jua jua end la cada juajua—.

—Fue Vegetta profe, yo lo vengare!!—.

Elyas ahogo un grito. Como odiaba su trabajo y pensar que siempre había querido ser maestro, trasmitir conocimiento, ser el modelo a seguir de un niño, inspirar respeto.... Pues no, nada de nada y menos respeto, era el muñeco de trapo de esos pequeños diablos. Soltó al pequeño helado, se limpió el rostro y esbozo una extraña sonrisa.

—Ya falta poco para llegar al refugió, una vez allí podéis hacer la guerra de nieve mas salvaje que se os ocurra—.

—mmm vale, pero Jesús no puede quejarse... ya vas a ver tontito— Dijo niñogetta señalando al Jesu.

—Jajajá, vas a perder tontogetta!!—.

—PROFE, PROFE, PROFE, YO NO HE ECHO NADA, Y NO QUIERO QUE ME METAN EN EL MISMO SACO QUE A ESTOS RUFIANES— Gritó el "niño" del bigote.

—Calla Lexosi, que a ti también te voy a partir la cara!—.

—ME ESTÁ AMENAZANDO!! PROFEEEEEE—.

—Con mi amigo no te metas!— Jesús le lanzó una bola de nieve a Vegetta... y así volvió a descontrolarse todo...Elyas estaba mirando la escena... qué podía hacer él? Si nunca lo escuchaban. En ese momento Herny lo agarró de la manga.

—Méntor, ya me puedes tomar de la mano de nuevo— El pequeño Herny, despertaba en Elyas un instinto paternal a la vez que una intensa ansiedad, aunque no lo sacaba de quicio como los demás, siempre debía vigilarlo o de lo contrario se perdía o se ponía en peligro, corría con tijeras o comía cosas extrañas. Elyas lo agarró y continuo caminado, la guerra de bolas de nieve avanzó junto con él.

Ya en el refugió el profesor suspiró, al menos habían llegado TODOS vivos y antes del anochecer.

—Edyas, Edyas, tiendes que cambiadme el pañal, me hice pipi juju—.

JESUGETTA: La Noche de Historias de TerrorWhere stories live. Discover now