Hola de nuevo, si estás leyendo esto supongo que te interesa la magia ¿no?
No sé si la mayoría, pero muchísima gente no cree que existe, es por esto que llegué a creer que a Luke y a mí no nos costaría llevar una vida normal, pero la realidad es que cuesta igual.
La historia de nuestra familia la iré contando de a poco, por ahora me centraré en mi hermano y yo.
Ambos nos hemos mudado incontables veces a lo largo de nuestra vida, en distintas partes del mundo, en este momento nos encontramos en París. Sí. París. Oh, la, lá, París.
La verdad, realmente espero que nos quedemos aquí por un largo tiempo, París es uno de mis lugares favoritos y por ahora me está gustando mucho vivir en esta ciudad, digo por ahora porque nunca se sabe lo que puede pasar ¿no?
A mi parecer, si seguís leyendo es porque te intriga saber qué tiene que ver la magia en la vida de Luke y en la mía, pero todavía no lo voy a explicar, primero voy a hablar sobre mi día, sino ¿cómo estaría honrando el motivo por el cual me hice el blog?
Comencé mi día de una forma bastante normal, me levanté, tomé una ducha, elegí lo que iba a vestir, me cambié y me dirigí a la cocina para desayunar junto a Luke, que para mi sorpresa, no se encontraba allí, supuse que seguía durmiendo, así que, desayuné un café con tostadas, les unté manteca y les puse azúcar por encima. Al terminar, me lavé los dientes, tomé mi bolso y salí de la casa para ir a la universidad, primer día, no estaba nerviosa porque ya había tenido varios, era otro primer día nada más.
Me adentré en el gigantesco edificio antiguo con mi pollera negra de volados y pequeñas margaritas estampadas, un top de hilo color beige y unas plataformas de color negro que amo, también llevaba un bolso con un cuaderno y varias cosas más que no voy a enumerar porque no deseo que te duermas leyendo jaja
Ya dentro de la uni, me dirigí hacia la primera clase que me tocaba, Inglés. Por suerte es un idioma que me gusta, así que me sentí con ganas de empezar.
Todo iba bien, ingresé al aula y tomé asiento, unos segundos después alguien llamó mi atención al decir mi nombre
-¿Isa? -escuché mientras se me ponía la piel de gallina, me di la vuelta y lo ví-
-¿Qué haces aquí? -dije con la voz entrecortada-
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