Capitulo 2

15 3 0
                                    

Amanecí en el sofá, todos estaban todavía dormidos lo cual era lógico no eran ni las 6 de la mañana.
Me dirigí al baño, me mire en el espejo y moje mi cara con un poco de agua, querría decir que notaba un cambio, quizá ojeras, bolsas, pero ni siquiera me reconocía. ¿Quién soy? Porque definitivamente no soy la Lexa que era, y no estoy completamente segura de que está me guste. Simplemente me mire y comencé a llorar, a llorar como cuando alguien pierde a un ser querido, desconsoladamente, mi vista se nubló, entre sollozos intentaba mirarme encontrar algo de la vieja Lexa pero en el fondo sabía que no estaba más, no lloraba por la muerte de alguien más si no la propia.
Sin poder respirar, ya no evitaba llorar desde que sucedió todo nunca pude hacerlo, no me pude llorar, tenía que ser fuerte para sobrevivir no había otras opciones.
Por mis llantos Dimitri se despertó, entro al baño sin importarle que este cerrado, con su cara consternada y preocupada me miró, apenas puedo ver su silueta entre lo hinchado de mis ojos, además de las lágrimas que están en ellos que aún no salen.
Se agachó conmigo en el suelo, me tomo en brazos como si notará lo rota que estaba, intentando juntar mis pedazos con sus brazos, mantenerme en una pieza pero ya no era una pieza.
- ¿Qué sucede pelirroja? - pregunta con un tono dulce mientras me da un beso en mi cabeza intentando ocultar lo mal que le hace verme así.
- Yo... Yo no me reconozco más Dimitri. - Digo con la voz rota, casi no me salen las palabras y el decirlo en voz alta lo hace realidad como si antes de decirlo quizá haya solución.
- Shhh, no es así, es un momento difícil estás pasando muchas cosas pero lo vamos a superar juntos, yo voy a esta contigo. - me dijo pero necesitaba hacerle entender que sucedía realmente, no era una crisis que tenía, esto era permanente.
- No entiendes Dimitri, lloro porque morí, no me reconozco, está no es la Lexa que era, la que conociste, de la que te enamoraste. Si dices que vas a estar conmigo, necesito que entiendas que ya no soy la que era, quiero que tengas opción, que una vez puedas elegir. Si te vas, no te culpo pero si te quedas esto es lo que hay ahora. - Le dije ya había parado algo de llorar quizá no tenía más lágrimas que derramar, mi respiración era entrecortada con espasmos pero mi voz era sería.
- Estoy contigo. No me importa si cambiaste, no quiero un billete de salida. - dijo mirándome a los ojos fijamente, su mano tibia acarició mi mejilla algo mojada por mis lágrimas y posó un beso en mis labios. - Te amo pelirroja, ahora y por siempre seas como seas. - lo miré quedándome tiesa, nunca me lo había dicho ambos sabíamos que eso era cierto que nos amábamos pero ahora lo había dicho en voz alta.
- Te amo, mi ángel. - le dije pronunciando esas palabras que morían por salir de mí, él sonrió ante mi declaración, con una sonrisa pícara de costado.
- Sabes que no soy exactamente un ángel ¿verdad? - Se veía tan jodidamente sexy con su voz grave, su sonrisa de lado y el doble sentido de su comentario.
- Caído o no, lo eres. Como te gusta arruinar los momentos románticos. - Le dije riéndome por su comentario.
- Caído si, pero también tuyo y no hay nada mejor que un demonio enamorado... Los momentos románticos no son lo mío. - dijo corriéndome el pelo de la cara y con sus ojos llenos de lujuria ya no me miraba con cara de amor, de preocupación, ahora él me deseaba.
- Creo que necesito un café. - Me levanté rápidamente algo nerviosa por lo que el causaba en mi, pude ver cómo se sonreía porque lo notaba.
- Se que me deseas, pero esperaré lo que haga falta hasta que estés lista. - me dijo al oído en un susurro con voz ronca, que hizo que el bello de mis brazos se erizara y sabía que estaba roja.
Salió primero del baño y yo lo seguí luego de unos segundos para recomponerme de la situación, para verlo con una sonrisa triunfal en la cocina.

Mi perdición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora