Harry Potter y el destino

El pequeño comienzo de algo grande.

Descargo de responsabilidad: El mundo de Harry Potter pertenece a J. K. Rowling

Se podía ver una casa de dos pisos que por fuera de ella se podría considerar completamente "normal", sin embargo dentro de ella específicamente en la alacena debajo de las escaleras se puede ver a un joven niño bastante pequeño de estatura, se le podían notar las costillas obviamente a la falta de comida, tenia pelo negro, y unos profundos ojos color verde, además lo más resaltante era una cicatriz bastante peculiar en forma de rayo en su frente, eso sin duda no es algo que sea muy normal ver a un niño en un estado tan malo era inaudito, ¿Cómo alguien podría dar tal trato a aquel pobre niño?.

Damas y Caballeros ese niño no era otro que el propio Harry Potter, si, mis queridos lectores el salvador del mundo mágico, aquel que siendo solo un bebé "derroto" al señor oscuro más peligroso de todos los tiempos a palabras de muchos. era tratado de peor forma que un recluso en una prisión muggle, ciertamente no era el trato que aquel niño merecía, así la pregunta aquí es, ¿Cómo Harry Potter llegó hasta este punto?.

Para saber eso solo hay que ir 9 años en el pasado, ahora de nuevo te preguntó, ¿me acompañarías a ver la historia de este niño con el destino que jamás nadie pudo haberse imaginado?, si es así, querido lector te doy la bienvenida a la historia de el Mago más grande de toda la historia.

Sin nada más que comentar, iniciemos...

9 años atrás....

En este momento si los habitantes de la calle Privet Drive, en Little Whinging, Surrey veían por la ventana a una pareja de personas muy peculiar, un hombre viejo con una MUY larga barba blanca, que vestía... ¿túnicas? de un color azul celeste y al lado del mismo se encontraba una mujer de una edad avanzada con la misma vestimenta que el hombre, sin embargo, el color de estas era de un color negro profundo y también con la diferencia de que está llevaba un sombrero puntiagudo, cabe recalcar que la mujer tenía el ceño fruncido de una manera muy pronunciada, ¿la razón de esto?, vamos a verlo.

Albus, déjame decirte que no estoy para nada de acuerdo con dejar al pequeño Harry con estas personas, las he observado todo el día y por lo que vi, son despreciables- dijo la mujer mayor hacia el hombre ahora conocido como Albus.

Vamos Minerva, estas personas no pueden ser tan malas, además esta es la única familia que le queda al pequeño Harry, debe estar con ellos para que pueda crecer con el cariño de una familia- le respondió Albus de manera tranquil a la ahora conocida Minerva.

La mujer ciertamente no le agradaba que el pequeño Harry se quedará con esas personas, pero ella pensó que las palabras de Albus eran verdad, el niño necesitaba el cariño de una familia y esas personas eran la única familia que le quedaba. De pronto se escucho el sonido de un motor, el par de personas miraron al cielo de donde provenía el sonido y allí vieron a un hombre enorme con una barba grande, aunque no tan grande como la de Albus, el hombre montaba una motocicleta voladora, aterrizo en el medio de la calle y hablo.

Profesor Dumbledore, Profesora McGonagall, buenas noches- dijo el hombre dirigiéndose al par a su lado.

Eh de suponer Hagrid de que no tuviste ningún problema, ¿correcto? - Albus dijo al hombre ahora conocido como Hagrid.

Ninguno Profesor el pequeño Harry se quedó dormido a mitad de camino – Hagrid le respondió al hombre mayor.

Bien, entonces terminemos lo que tenemos que hacer y luego nos marchamos – Albus dijo al par de personas allí.

Minerva se mantuvo callada mientras la conversación de los hombres simplemente deseaba que el pequeño Harry estuviera bien con esas personas. El trío de adultos se dirigió a el Número 4 de la calle en la que se encontraban, el hombre de barba blanca conjuró una canasta en la que colocó al bebé durmiendo, junto a el puso una carta y sin nada más que hacer se fueron, sin importarles o tal vez sin percatarse del hecho de que el pequeño podría quedarse allí mismo en el frío toda la noche hasta que las personas de ese hogar lo acogieran. Ese fue el día en el que esos adultos condenaron al pequeño niño a un infierno por 9 años de su vida.