Pensé que eran malas noticias

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Holi, acá les traigo otro capitulo espero les guste.

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El salió cuando el sol se asomaba y ahora  ingresaba a esa casa vacía con el anochecer tras él , vaya que no era novedad aquel dato para la dama en la puerta

_ Regreso señor Agr...

Gabriel reconocía perfectamente aquella voz, no necesitaba verla de frente para adivinar aquella sensación de tranquilidad, con Adrien en brazos hizo ademan de llegar solo a casa y que el carro era de un gran amigo que ofreció a traerlo a casa.

Al verla en la entrada con aquel delantal, sintió como aquella alegría le reconfortaba y sobre todo ese día podía decir aquellas palabras.

- Llegue a casa

La cocinera en el recibidor noto esa sonrisa natural de esos dos rubios e inmediatamente al verlo cruzar el portón; la postura rígida, fría y los adjetivos que hagan falta se esfumaron por el tono maternal.

_ Gabriel, ¿estas son horas de llegar?

No era de sorprenderse de ese trato, llevo su mano al pecho como repercusión y claro que enfatizo en el gesto para hacerse el ofendido con la pregunta impuesta.

- ¿¿Yo???, cuando eh llegado tarde? _ el tono burlón no se lo quitaría nadie, aquella dama de un paso a otro aun intentaba pellizcarle en el torso para verlo caminar al comedor...

_ A donde crees que vas?, vuelve Gabriel que planeo perseguirte hasta el comedor....

Era un trato familiar entre ellos, el pequeño de ojos verdes se divertía de solo verlos o ver a su papá recorriendo la sala con el cucharon en sus manos.

_¡¡Corre papá¡¡_ grito el pequeño al escucharla llegar de la cocina.

_¡¡GABRIEL¡¡

A los ojos del pequeño él no negaría que su padre era el mas divertido, alguien que lo quería con el corazón y solía hacer tonterías para hacerlo reír. Con el peluche en brazos se acerco a aquella dama, con una de sus manos le tomo del mandil al verla pasar frente a él.

_ Abuelita, ¿tienes tiempo?

Gabriel dejo de correr, con decir que una de las palabras que aprendió su hijo aparte de llamarlo de papá, fue abuelita y aquello no se lo negaría en aquel momento. Después de todo la hiena de su esposa no estaba en casa.

Al verla sonreír, con esas lagrimas que amenazaban con salir de sus ojos, Gabriel poso su mano en aquel hombro para que reaccionara.

_ Descuida la hiena de mi esposa no está.

_Gabriel no es eso...es solo que él ya tiene a quienes llamar...

_ Los padres de mi esposa raras veces preguntan y yo creo que el titulo de abuela te lo ganaste al enseñarme a cuidarlo desde que nació. _ Ella notaba como esas palabras eran tan ciertas y sus argumentos perdían el impacto.

_ Pero cuando la señora Emilie vuelva...

_ Tú lo dijiste, cuando ella vuelva nosotros tres haremos lo de siempre.

Adrien era aun joven para entender algunas cosas, en cambio esas miradas y la forma como su abuela lo cargaba, comprendido que era un secreto que solía permitirse algunas veces.

_ Em, casi nunca la veo... ¿Por qué tengo que llamarla mamá?

Los adultos cruzaron miradas a esa pregunta, en su padre noto esa cara de confusión y en ella encontró mas preguntas que respuesta. Sus manos pequeñas las llevo sobre sus labios dejando caer aquel peluche sobre la alfombra.

Recuérdame con el corazón -GabenathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora