Subimos rápidamente por las escaleras hasta llegar a la última y meternos en la primera habitación.
- ¡¿Qué has hecho?! - Le pregunto enfadada a Mario
- ¡¿Cómo que qué he hecho?!, salvarte la vida - Dice impactado por mis palabras
- Queria quedarme con él - Digo bajando el tono, creo que he sido un poco borde con él, solo intenta ayudarme
- Lo sé... - Responde mirándome a los ojos
- No sabes nada, no me conoces, no te había visto en mi vida - Digo sentándome en el suelo
- Sé más de ti de lo que tú te crées - Responde sonriendo
Le miro sorprendida
- ¿Cómo qué? - Pregunto atenta
- Te encanta estar con tu hermano cuando necesitas estar acompañada, sola cuando tienes que pensar, aislada cuando estás enfadada y... - Le interrumpo inmediatamente
- ¿Cómo sabes todo eso?, ¿acaso me espías? - Digo interrogándole
- Tranquila, no te espío, pero tienes un hermano que te quiere mucho y me habla mucho de tí
- Si tantas cosas sabes...a ver si averiguas lo que voy a hacer - Digo levantándome velózmente
- Vera... - Dice levantándose él también lentamente
- Demasiado tarde - Digo bajando las escaleras a toda prisa, más de lo que puedo, casi saltándolas de tres en tres. El corazón me late fuértemente y al ritmo de un caballo trotando. Cuando llego abajo veo a tres chicos peleándose con mi hermano. A Luis se le marcan los músculos de la fuerza, aunque sean tres, no pueden con él, pero no me gusta verle sufrir, no me lo pienso dos veces y me avalanzo a por ellos.
-¿¡Qué haces aqui Vera!? - Dice Luis muy cabreado. Tiene la espalda sudada y un brazo lleno de sangre. Yo apenas le respondo, estoy concentrada dándo puñetazos a un chico.
Él me tira del pelo, me da patadas pero no me rindo
- ¡Apártate Vera, déjame a mí! - Me dice Mario apartándome
Luis peléa con dos, pero uno de ellos está rendido, y Mario con mi rival. Parece un buen chico.
De pronto se me viene una idea a la cabeza, ya que los secuestradores están entretenidos, voy a ver si hay pistas de lo que estaban tramando para hacerme. Corro todo lo que puedo hasta llegar a la habitación en la que me tenían cautiva antes de que llegase Luis. No hay nada raro, salgo al pasillo y voy a la siguiente habitación. Cuando abro la puerta, me dá un vuelco al corazón. Una chica de unos quince o dieciseis años está atada a una silla de pies y manos y una cuerda en la boca.
- ¡Tranquila, ahora mismo te ayudo! - Grito asustada corriendo hacia ella. Le suelto primero las manos, tiene sangre y cortes, luego los pies y la boca
- Gracias, muchas gracias - Dice abalanzándose sobre mí dándome un abrazo
- No tienes porqué darlas, sé lo que se siente
- ¿ A tí también te han secuestrado? - me pregunta asombrada
- Algo así
- Soy Ainara - Dice estrechándome la mano
- Encantada, yo soy Vera - le cojo mano y se la agito encantádamente.
Ainara es muy guapa, es castaña clara, tiene los ojos marrones y una sonrisa muy bonita.
- ¿Cuántos años tienes? - Me pregunta sonriendo
- quince, en nada cumplo dieciseis y se cumplirá una supuesta leyenda - Digo bromeando entre risas
- ¡Yo también...! - ¿El veintinueve de febrero? - Pregunta cambiando la expresión de la cara.
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Años Bisiestos
Teen FictionDistopía : Vera y Luis son dos gemelos de dieciséis años que por suerte o desgracia nacieron un veintinueve de febrero. Ellos no lo saben, pero su vida cambió de la de los demás desde el primer día que vieron el mundo. La antigua profecía que solo...