Amor en bucle

Capítulo 1: Semillas

Durante toda la cena, la tía Evelynn no nos dirigió ni siquiera la mirada debido a que esta estaba pegada al piso...puede que contando las baldosas para intentar concentrarse en la historia que nos tenía pendiente contar, se notaba que incluso empezó a comer más despacio a razón de demorar todavía más aquel hecho pero ella sabía que si no nos contaba, inevitablemente terminaríamos preguntando a nuestro padre. Terminada la comida, ella se dirigió a la sala  y se quedó sentada ahí, en completo silencio esperando que termináramos. En la mesita de café George había dejado en cuaderno con todas las fotos en el, la tía Evelynn mientras nos esperaba y puede que también para ella misma...empezó a mirar detenidamente las fotos.

En su mirada pudimos evidenciar aquella nostalgia producto de los recuerdos inmortalizados en esas fotos, tenía una leve sonrisa pero sus ojos decían otra cosa...ella tenía ganas de llorar. En toda mi vida nunca ni siquiera la he visto llorar por dolor, ni cuando se cayó del árbol de manzanas o cuando se tropezó con un mueble y esos fueron motivos para creer que ella era una persona fría y cerrada. Las únicas emociones humanas que ella ha dejado evidenciar son la ira y disgusto por las cosas o inclusive personas. También estaba revisando la caja y de ella sacó un pequeño celular antiguo, al parecer no tenía batería pero no era de preocuparse debido a que este venia acompañado de su cargador.

Con George mientras devorábamos lo que quedaba de nuestros platos, nos quedamos impresionamos al ver aquel celular porque a primera vista no estaba visible, sino entre mas documentos y fotos, solo ella sabía donde se encontraba. Aun es misterioso el hecho de que la tía Evelynn haya guardado con tanto recelo aquel material aunque es en cierta manera entendible, es su pasado y ella tiene derecho de ocultarlo cuanto ella quiera pero...¿De toda la familia?...Según mis memorias, la abuela Charlotte nunca había mencionado nada ni de sus amigos ni de su...¿ex novio?. Tal vez con lo recelosa que es se lo haya prohibido, es capaz de hacerlo con tal de evitar conversaciones como esta.

Al terminar la cena, ella tenia organizadas las fotos y había hecho pequeñas anotaciones en el cuaderno entre las cuales se encontraba fechas, nombres, palabras claves...parecía las típicas anotaciones de colegio sobre un gran y extenso collage. Simplemente estaba sentada en silencio, con un aura sosegada a pesar de que hace pocos minutos estaba un poco emocional y con gentileza prosiguió a extendernos la mano para sentarnos junto a ella. Es bien sabido que ella odia el contacto físico, en sus palabras le "ponen enferma" y por esa razón es muy extraño que nos invite ella misma a sentarnos junto a ella. Hubo varios minutos de un largo e incómodo silencio, donde ella no paraba de fregarse las manos en motivo a sus ya conocidos nervios. En ese momento George y yo nos dimos cuenta que toda aquella carcasa era de alguien que es bastante vulnerable y frágil, esas actitudes groseras y ariscas son su manera de defensa...de alejar a la gente de ella. Entendimos que en ese momento necesitaba de nuestra cercanía a razón de una situación bastante curiosa...George por accidente rozó sus manos con los de ella y el mismo se quedo espantado al notar que sus manos estaban heladas, por eso se fregaba las manos, por el frío que sentía.

A veces me compadezco de ella, el como vive o maneja sus emociones o inclusive sus relaciones sociales...al estar un poco más cerca de ella es notable el porque no quiere gente en su casa y es debido a que no puede sostener demasiado tiempo aquella máscara de "mujer cruel" que tiene, es demasiado para alguien tan frágil y débil ...sin contar su estado de salud aunque también es sabido hace tiempo que la tía Evelynn dejó de medicarse hace ya bastante tiempo y vive al día con la esperanza de desfallecer. Aquella conclusión no tenía sentido alguno hasta que encontramos ese diagnostico psicológico en el cual rezaban las palabras "intento de suicidio por ingesta de pastillas" "depresión" y "ansiedad". Tal vez por eso mi padre nos mandó con ella en primer lugar, para que no tuviera o demasiado tiempo a solas con sus pensamientos o el demasiado espacio para siquiera intentar aquella locura.