CAPÍTULO 2: EL MAL HA SIDO DESATADO

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... En ese momento el dolor y sol en su rostro no le permitió seguir dormido. Poco a poco abrió sus ojos y todo lo que veía eran hojas verdes y muchos destellos de luz cayendo a través de ellas . Entonces reaccionó, recordando todo lo que había pasado el día anterior . Al mirar a su izquierda ve a su hermana envuelta en las sábanas, se le acerca lo más pronto que su cuerpo adolorido le permitió. a medida que se acercaba, lograba ver que el cuerpo de su hermana tenía sangre seca por doquier. Estando al lado de su hermana la va a cargar, pero, estaba fría.
- Susie, despierta, despierta- decía Almer.
- Vamos, despierta-
Pero en todo aquello no hizo reacción alguna Susie.
- Vamos Susie, no le hagas esto a tu hermano, no me dejes solo- suplicaba con lágrimas en sus ojos.
Entonces Almer recordó como su hermana lloraba sin parar, y lo tanto que odiaba eso.
- ¡¡Vamos llora, llora, llora por favor, lloraaaa!!- gitó con furia.
Pasado unos minutos el niño resignado puso el cadáver de su hermana en el suelo y la cubrió lo más que pudo con lodo. Cuando terminó, se arrodilló y gritó:
-¡¡ Te quiero Susie, te quiero!!-

Luego de esto ,recorrió ese bosque varios kilómetros por horas, hasta que al pasar unos pequeños arbustos encontró una gran avenida. Desesperado se acercó y comenzó a caminar por ella. No sabía a dónde se dirigía, solo veía muchas marcas de ruedas de carretas impregnadas en la tierra.
No pasaron ni diez minutos cuando una carreta le pasó por el lado, aquel que la manejaba era un anciano con vestiduras negras y una abundante y tupida barba . Viéndolo el dueño de la carreta en ese estado tan deplorable se detuvo y le preguntó:
-Chico, ¿a dónde te diriges?-
- A cualquier lugar, donde pueda dormir y comer- respondió Almer luego de mirar al señor por unos segundos.
El señor sonrió y le dijo:
- Sube que sé dónde te puedo llevar-
Luego que subiera, partieron hacia aquel lugar.
No tardaron mucho en llegar a un lugar donde aquel camino terminaba.
El anciano detuvo el caballo y le dijo a Almer:
- Chico, todo lo que buscas está dentro de esa gran pared de rocas-
El niño lo miró y se acercó, al pegar la palma de su mano en la pared, esta se abrió, y dio lugar a un pasillo estrecho y oscuro. Sin dudar ni tan siquiera un segundo, Almer comienza a entrar, y pone sus pies dentro de la grieta que se abrió; pero al mirar atrás ni el viejo ni el carruaje estaban. Extrañado por aquello, el chico continuó, y cada paso que daba veía sombras pasar a su lado a una gran velocidad. Atemorizado pero decidido a llegar al fondo de aquel lugar que le proporcionaría cobijo y alimento ( según lo que aquel anciano le había dicho) continuó caminando.
De pronto cuando Almer dio su próximo paso todo se comenzó a alumbrar, empezando desde de el inicio hasta el final, una a una se encendieron las llamas para dar luz al lugar. El chico al fin pudo ver un gran obelisco, que al parecer debajo tenía una cámara funeraria.
Almer comezó a llamar el dueño de aquel lugar con un tono temeroso:
- ¿Hola, me pueden ayudar, hay alguien allí? -
Aquel obelisco llamaba mucho la atención, por así decirlo. Estaba rodeada de rostros de calaveras y estaba hecho de mármol negro.
Dentro del obelisco había un hueco y al bajar por el, vio la cripta, la cual estaba entreabierta; impulsado por un sentimiento extraño, en el momento en que Almer fue a mover la tapa, todo se desvaneció, y se encontró tirado en el suelo de aquella avenida por donde había llegado.
- ¿Fue real eso?,¿ qué sucedió?, ¿me desmayé aquí y todo lo soñé?-
Pero en ese momento se percató que tenía algo en su mano, un orbe de cristal lleno de sombras muy oscuras que no paraban de moverse hacia todos lados.
Se detuvo a mirar aquello por unos minutos, luego sin saber qué hacer con aquel artefacto, lo puso dentro de sus ropas y se dispuso a andar mientras aclaraba sus ideas en su mente:
-¿ Q fue fue eso?, ¿donde estuve?,¿ y ese orbe qué es?, ¿y ese anciano como me llevó y luego desapareció?-
Caminó por horas, con su cabeza dando vueltas, mientras más pensaba en eso, más le traían recuerdos de las muertes de su familia:
- Los dejasteee moriiirrr, no hicisteee nadaaa, le fallaste al último deseo de tu padre, la matasteee -

Así estuvo todo el camino, aguantándose su cabeza y gritando. Hasta el punto que creyó todo, mas no salió lágrima de su rostro, sino que sus ojos se nublaron en odio y gritó a los 4 vientos:
- ¡¡Lo cumpliré!!-

Andando por aquella avenida sin saber a qué rumbo lo llevaría se dirigió por largas horas, desde temprano en la tarde hasta bien adentrado en la noche caminó por ella.
Sin que su cuerpo pudiera más, se acostó entre las hierbas al lado del camino e intentó dormir. Cada vez que cerraba sus ojos veía una y otra vez a su madre siendo apuñalada hasta morir, a su padre siendo degollado mientras le encomendaba la vida de su hermana, y al cuerpo de Susie ensangrentado y frío.
- Nooooooooooo, ¿por quééé?, noooooooooo, nooo...nooo - gritaba entre lágrimas.
-¡¡¡Jamás debimos montarnos en ese carruaje; jamás debimos haber emprendido ese viaje, yo debí haber muerto también!!!...-
Pero su dolor solo era calmado con pensar en la venganza, ese odio reprimía el dolor y las lágrimas, por lo que se volvió su única fortaleza y ganas de vivir. Se aferró tan fuerte a ello que su corazón comenzó a olvidar el amor.
Su mente era invadida con malos pensamientos, deseos de venganza, dolor, odio, tristeza y temor. Cada segundo que pasaba era una tortura para su conciencia. Poco a poco perdería la razón si continuaba a ese paso.

Increíblemente, sin saber en qué momento sucedió, quedó dormido. Su cuerpo estaba demasiado agotado y se desplomó.

HATE AND PAINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora