Por un futuro diferente

I. Puente

HARRY

Las pequeñas vacaciones de Harry ─que supuestamente durarían un par de semanas─ se extendieron hasta el resto del verano y cuando fue momento de volver al Reino Unido ya era dos de agosto; dos días después de su llegada el héroe más grande del último siglo tenía una decisión importante que tomar de cara ante todos los funcionarios importantes del Ministerio: seguir sus estudios en Hogwarts o asumir una posición importante dentro del mundo mágico y seguir con su labor de "héroe", aunque esta decisión solo parecía importarle al susodicho héroe ya que todo el mundo asumía (como siempre) que él seguiría con sus responsabilidades (las cuales nunca aceptó del todo, mucho menos las nuevas que parecían querer imponerle).

─No quiero ─fue su respuesta ante la pregunta del Ministro Mágico, Kingsley Shacklebolt.

Todos los participantes de aquella junta se quedaron boquiabiertos ante las palabras del joven, inclusive el mismo Harry estaba sorprendido ante lo fácil que había sido decir esas palabras y rechazar tan "increíble oferta", pero supo disimular su propia sorpresa con una cara que denotaba cansancio y aburrimiento, aunque en sus ojos brillaba una llama que danzaba entre la alegría y la burla, «esa no se la vieron venir por parte del buen y obediente Harry», pensó sarcásticamente.

─Señor Potter, creo que no entendió...─trató de mediar una burócrata cuyo nombre él ignoraba.

─Se equivoca, madame. Entendí a la perfección y esa es mi respuesta ─explicó suavemente como si hablara con una niña pequeña ─, pero si no entendieron se la repito: no quiero ─hizo especial énfasis en aquellas dos últimas palabras.

» Pienso volver a Hogwarts y por fin tener un año tranquilo y pacífico sin dramas que pongan en riesgo la seguridad nacional. Quiero estudiar y prepararme adecuadamente, no creo estar listo para asumir una posición importante dentro del Ministerio, pero si insisten en tener mi colaboración quizás podría actuar como consejero o algo por el estilo si eso les da la paz que necesitan, pero no pienso ceder, no quiero liarme con más problemas que no me competen, y aunque no me fie mucho de ustedes y su buen juicio, ¿qué más da? "Ojos que no ven, corazón que no siente", ¿cierto? ─dijo con soltura haciendo que más de uno se alarmase ante lo irrespetuoso de su comportamiento, entre ellos su mejor amiga, Hermione. Venga, que todos sabían lo... ¿excéntrico? Sí, eso, lo excéntrico que podía llegar a ser el héroe, pero nunca esperaron a que este se negara a ayudarlos, por lo menos no de esta forma tan descarada.

─¡Harry! ─su castaña mejor amiga chilló con intensión de reñirlo por su comportamiento, lo que le hizo ganarse la mirada de todos haciendo que su rostro enrojeciera de forma violenta por la vergüenza.

El moreno estaba siendo muy irreverente, y no es que Harry ya no lo fuera de por sí, pero esta vez era diferente, esta vez estaba más que relajado ante esa situación, situación en la que tiempo atrás probablemente hubiera estado evitando la mirada de todos y tratando de hacer que su asiento se lo tragara al ser él el centro de la atención en aquella sala, pero no, esta vez él parecía estar en total control de sí mismo y de lo que pasaba allí, inclusive se podría atrever a decir que el chico lo estaba disfrutando.

«Quizás también debería tomarme unas vacaciones», pensó Hermione tratando de contener sus impulsos de pegarle un zape a su imprudente mejor amigo.

─Señor Potter, necesitamos su ayuda ─escuchó a alguien decir, pero Harry ni siquiera se tomó la molestia de identificar el origen de la voz, simplemente le restó importancia con un encogimiento de hombros.

─No ─suspiró con cansancio, ya harto de esa situación y de que todo el mundo siempre lo "necesitara". Odiaba sentirse usado─. Ustedes no me necesitan, lo que en verdad necesitan es aprender a resolver sus problemas sin tener que delegárselos a un grupo de adolescentes y hacer que estos tengan que pelear sus batallas. Ya les dije que ayudaré en lo que yo quiera ayudar, del resto se encargan ustedes, para algo les pagan tanto.