Harry se despertó, parpadeando para acostumbrarse a la luz que estaba filtrándose por su gran ventana. Volteo su cabeza solo para darse cuenta de que Josette no estaba ahí. Ahora que ella le había pedido empezar a dormir en otra cama, empezó a apreciar dormir con su esposa. Habían empezado a dormir juntos desde que tenían diecinueve, sin embargo, siempre le había parecido natural el hecho de descansar junto a alguien. Pero ahora, que el calor de ella no estaba para acunarlo en las noches, era cuando mas lo necesitaba. Se sentía como una ironía total, y eso lo hizo sentirse mal consigo mismo. Pero movió la cabeza en manera de negación. No podía seguir lastimándose mentalmente por cómo se había comportado con su dulce esposa. Así como lo había planteo la noche anterior, era momento de tomar acción. Y si tomar acción requería pasar una luna de miel, diez años después de casados, lo iba a hacer. Pero, iba a requerir muchísima planificación. Iniciando por el lugar. Siempre habían hablado de ir a un lugar alejado de los demás, para pasar tiempo de calidad juntos. Harry siempre pensó que el lugar perfecto era el bosque. En una cabaña, con montañas y muchísimo frio. Quizás el factor del frio era únicamente para pasar abrazado a Josie todo el día... O pasar entre las sabanas todo el día, sin excepción.
Así que empezó su investigación... cabañas de lujo en el bosque. Y le aparecieron tres opciones: Lake Tahoe, California, Big Bear Lake, California y por último Forks, Washington. Iniciando, consideró que Forks era la mejor opción, por la lejanía. Aunque Harry ya había avisado que tomaría los días de vacaciones atrasados, estando tan lejos no podrían contactarlo, por que iba a estar fuera del estado, y si llegara a pasar una crisis con sus casos, tendrían que dárselos a alguno de sus socios. Mientras que las otras dos opciones estaban mas cerca de donde vivan con Josie, y eso era cómodo, pero no estaba del todo convencido. Asimismo, que, sin pensarlo dos veces, declaro internamente que irían a Forks, Washington. Ahora lo que debía hacer era buscar cabañas. Empezó a hacer una búsqueda extensa en su teléfono porque quería darle una buena experiencia a Josie, al final y al cabo se lo merecía.
Encontró una pequeña cabaña, de dos niveles, que tenia todo equipado. Sin mucho más que pensar, decidió hacer una reservación por unos ocho días. Después de los ocho días completamente solos, quizás iban a ir a el capitolio a hacer otro tipo de actividades. Harry movió la cabeza en manera de aprobación. Le parecía un buen plan, ocho días solos... quizás nueve en lo que manejaban hacia Forks, y después le iba a plantear la idea de ir a Washington DC a Josie para ir a experimentar otras cosas. Entre ellas, restaurantes mas sofisticados, bares para salir a tomar, lugares turísticos, museos, exposiciones. Su plan parecía perfecto. Ahora, solo debía consultarlo con ella. Simplemente se paró, con los rulos del pelo alborotado y únicamente con el pantalón de pijama, por que le daba calor en las noches decidió tocar la puerta del cuarto donde estaba su esposa. Pero no hubo respuesta por lo que tuvo que abrir la puerta lentamente. Y la imagen que había hizo que su corazón se estrujara de la ternura. Josette estaba con un moño desordenado, completamente dormida. Tenia la cabeza hacia la izquierda, con los labios entreabiertos y la respiración muy pasmada. Tenia la sabana y cobertor de cama hasta la línea de su cintura, y estaba utilizando una blusa rosada de tirantes finos.
Harry se acercó lentamente, recorrió la cama, hasta llegar al lado contrario de donde ella estaba durmiendo y se acostó. Ella únicamente cerro sus labios y luego gimió en voz baja, acurrucándose al lado de Harry. Harry no emitió ni un sonido, temiendo despertarla. Los fines de semana, ella acostumbraba a despertarse lo mas tarde que podía, ya que tenia que estar en el colegio antes de las siete de la mañana. Harry llevo su mano delicadamente, hacia el moño desordenado, y con el sumo de los cuidados, se lo deshizo. Al deshacerlo, cayeron las hebras de pelo rojizo-café, y ella aun dormida se movió lentamente, gimiendo de satisfacción. El por otro lado, llevo sus grandes manos hacia su cuero cabelludo, y empezó a hacer un masaje rítmicamente. Todo estaba tan tranquilo, tan silencioso... a lo lejos se podían oír los pájaros, y esto hizo que a Harry le diera sueño, por lo que cerro sus ojos, pero el masaje en el pelo de Josie no paraba. Ella se removió, y con voz ronca, murmuro:

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Long Way Down
RomanceArgumento Harry y Josette llevaban casados diez años, y contando, al inicio, pues era una relación que todos admiraban por la valentía que les tomo hacer una vida desde jóvenes. Se habían apoyado a través de todo... la graduación del colegio, hacia...