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Estuvo tenso todo ese día en el que Seokmin solo le sonreía y ofrecía comida, como si el día anterior no le hubiera pateado y castigado negándoles alimentos, por lo que fue un día dentro de todo tranquilo, aunque en las noches seguía durmiendo pésimo ante el terror de que de repente entrara el menor o bien porque solo tenia una manta para abrigarse, hasta que al siguiente en la hora de almuerzo en donde ya se sentía a punto de sufrir un ataque de pánico, Seokmin con "amabilidad" le llevo de vuelta a la habitación en la que le encerraba.


- Comprare cosas deliciosas para que tengamos la mejor cena de todas, por lo que espero que te guste y estés igual de impaciente que yo. Nos vemos más tarde, cariño – Se despidió sonriente Seokmin antes de cerrar su puerta, a lo que asqueado por el nombre cariñoso se alejó de la puerta, pero luego sintió escalofríos al saber que esa cena concluiría con algo que Seokmin anhelaba, pero en su caso era horrible, le asqueaba solo pensarlo.


Sin embargo, rápidamente entre sus ropas empezó a rebuscar algo que se llevó del baño en una ocasión, que eran unos objetos metálicos delgados y alargados, similar a un alambre, así que en cuanto escucho la puerta de la entrada sonar indicándole que estaba solo en casa, empezó a tantear en la puerta llego a la manilla que intento forcejear un poco por si acaso él se le olvido cerrar por estar muy distraído por lo de la cena, pero no, había cerrado bien, así que recurrió a los objetos metálicos bien finos metiéndolos a la cerradura empezando a girarlos intentando buscar el ángulo y profundidad necesarias para abrir, rogando en murmuros que funcionara.


Hizo un sonido de sorpresa cuando el mecanismo de la cerradura sonó demostrando que se abrió, por lo que tomo una bocanada de aire y mantuvo sus ojos cerrados cuando abrió, porque cada vez le incomodaba más el cambio brusco de iluminación. Cuando los pudo abrir en su totalidad tras acostumbrarse a la luz que entraba por las ventanas de esa casa, sintió una emoción burbujear por su cuerpo, por lo que rápidamente se dirigió a la puerta trasera de la primera planta, pero entonces cuando bajo las escaleras en la entrada vio que se encontraba Seokmin.


El menor no dijo nada, pero se notaba su rabia, así que Joshua rápidamente corrió a la parte trasera y alcanzo a abrir cuando una mano con fuerza le tiro del hombro quedando cara a cara. Empezaron a forcejear empujándose e intentando inmovilizar al otro por las muñecas y brazos, tirando manotazos y patadas, alcanzando algunos golpes a Joshua aturdiéndole, momento que Seokmin aprovecho para arrastrarlo de vuelta al interior de la casa, pero el americano se resistió pateándole en una pierna provocando que el menor perdiera el equilibrio y le soltara, a lo que aprovecho de correr fuera pero a solo dos pasos en el exterior fue sujetado de un brazo con fuerza escuchando como se rompía su denario, siendo jalado de nuevo al interior.


Fue inmovilizado con brusquedad contra una pared a la vez que escuchaba un portazo demostrando que la salida se cerró, ahora aterrándose al sentir que era presionado con fuerza contra la fría superficie sintiendo su hombro casi dislocarse por como lo tenía Seokmin, en donde ignoro toda la mierda que salía por la boca contraria cuestionándole que intentaba hacer, solo captando que porque al imbécil se le olvido su billetera había vuelto tan rápido. Se retorció cuando lo sintió restregarse contra su trasero mientras esas duras manos lo sujetaban una aun de su brazo y otra con fuerza de su cadera.


Al final Seokmin dejo de hablar y le llevo de vuelta a su oscura habitación – Lo siento, no tuve que tocarte de esa inadecuada manera, pero digamos que ya estamos a la par, por lo que no te castigare más e igual cenaremos más tarde, así que prepárate – Fue lo último que le dijo atreviéndose a lucir algo apenado por tan solo tocarle un poco y no sintiendo ni una puta culpa por tenerlo ahí encerrado.

Missing (JIHAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora