¿Que tan mala eres? [Tamaki x tu]

capitulo 9.1

Pov. Tamaki 

Los parches que me dejo ___ me hicieron bastante bien y estoy tan agradecido con el hecho de que ella me haya tenido en cuenta como para hacerme este pequeño regalito, pero no podía evitar sentirme algo no se... ¿celoso de mí mismo? Digo si, ella se preocupó por mí, pero también por el "anónimo" lo que significa que solo me ve como un conocido y Mirio no tenga razón, aunque si quisiera que la tenga, ser su amigo seria lindo.

Aun con tantas dudas en mi mente le escribí la carta a ___ ya que además de agradecerle supongo que decirle algo bonito seria genial, le eh dicho cosas bonitas, creo, eso espero, pero aun no hacia una donde le diga todo lo que siento, una donde no me desvié del tema y solo diga "me gusta no dejes de ser linda conmigo".

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Buenos días conejita, espero estés bien y también no ponerte incomoda con esta carta.

Me gustas, me gustas mucho, creo que según un amigo demasiado pero es verdad, jamás me había sentido así con alguien, solo contigo.

Eres una de las personas más importantes en mi vida ___ y no sabes lo agradecido que estoy por el hecho de que ahora puedo ser parte de la tuya, aunque solo sea por estas cartas o simplemente siendo un bobo conocido.

En esta carta solo quería expresar lo mucho que te quiero conejita, lo feliz que sería si algún día no se compartimos una tarde juntos.

Me siento avergonzado por todo lo que escribo, no porque este arrepentido ¡jamás lo estaría! pero aun así luego de que leas esto supongo que casi no poder verte a los ojos, esos ojos tan bonitos que pueden trasmitir una seriedad tranquilizadora y una ternura más cálida que el sol.

Me gustas, no me cansare de repetirlo conejita

-tu tímido senpai
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No podía creer lo que había escrito, seguía dudando si dejarle esa carta o no, quizás pueda escribir una menos vergonzosa y así no morir en el intento de verla luego de esto, pero esa ya no era una opción para mí ya que estaba a unos centímetros de su casillero, respire para calmar mis nervios y deje la carta.

Pov. Narrador 

—¿Qué crees que haces bastardo?—el azabache estaba en pánico era uno de los amigos de ___ ¿y si lo descubría dando paso a que la peli___ lo odie de por vida? lo único que podía hacer era pensar una excusa ante esa pregunta—s-solo... yo... alzaba algo q-que se... me cayó...— se acercó más a él que a pesar de ser unos centímetros más bajo que el mayor ese chico resultaba intimidante ante sus ojos—¡¿crees que soy un idiota?!—grito—Blasty, bebé ¿Qué pasa?

—ese imbécil que no sabe hablar estaba haciendo algo en el casillero de la otra tonta—le reprocho, ahora parecía un niño acusándolo de algo horrible con ese chico pelirrojo—¿eso es cierto?—esta vez se dirigía a mí con una sonrisa aunque sus ojos si que daban miedo—c-como dije... solo r-recogía algo— kirishima sospechaba hacia sus adentros de que quizás había una pequeña posibilidad de que el más alto sea el anónimo de las cartas que le llegaban a su amiga.

—tranquilo Blasty, yo le creo ahora vamos a cambiarnos que se hará tarde—lo tomo de la mano casi llevándoselo a las rastras mientras que su mirada de odio seguía fija en su muy tembloroso objetivo finalmente Tamaki decidió irse al otro lado, donde siempre a esperar que la chica que le gustara tomara la carta.

Como todas las mañanas desde que su intento de comunicación con la menor comenzó, ella tomo la carta y la leyó dejando una clara sonrisa acompañada de un sonrojo que fue captado por uno de sus amigos—parece que te gusto la carta de hoy—le dijo Shoji con una de sus extremidades mientras que la contraria trataba de mantener la compostura.

La hora del almuerzo había llegado y nuestra pequeña ___ iba camino a su casillero a dejar la carta para el anónimo, no era muy larga ya que no sabía cómo responder a eso asique simplemente se limitó a ser lo más honesta posible dejando no a un deprimido Tamaki sino a uno lleno de determinación, decidido a hacerse más cercano a ella para decirle cuanto la quería.

Camino al comedor con la carta de la menor entre las manos la estaba por guardar antes de entrar a dicho lugar pero algo, una voz, lo detuvo de repente—¡valla y yo que pensé que tendría que buscarlo!—se dio vuelta para ver de quien se trataba y sus nervios subieron al ver quien le hablaba.

[¿mi excusa para haber tardado 5 días? tengo estúpidos exámenes]