Parte IV

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— ¿Dónde estoy? — Murmuré. —¿Que estoy haciendo aquí? — Miré a mí alrededor reconociendo el hospital donde estaba. Las cortinas, las paredes, ese olor a enfermo, polvo y limpieza que se impregnaba en tu ropa. Era un olor muy familiar y fácil de recordar, la última vez que había estado en este hospital era para visitar a Tom todos los días. Un compañero de primaria, mi mejor amigo de primaria. Estuvimos un mes en el hospital esperando que su pierna sanara, todo por intentar taclear a un universitario mientras jugaban al futbol. Miré al hombre frente a mí y comencé a asustarme. No recordaba por qué estaba allí. Mi corazón empezó a acelerar su latir mientras un sentimiento de frustración subía por mi pecho, ahogándome en palabras y pensamientos.


— Tranquilo, yo te explicaré todo. —Habló el hombre de delantal, — Soy el Doctor Freeman ¿Cómo te llamas?


— A-Aaron Erin White.


— Bien, Aaron ¿Puedo hacerte unas preguntas primero?


— Cl-claro.


— ¿Quiénes son tus padres?


— Elizabeth y John White.


— ¿Puedes describirlos?


— No... Ellos murieron cuando era un niño. No puedo recordarlos. Vivía con mi abuela paterna, Lisa White. Estábamos en su departamento.


— ¿Cuántos años tienes?


— Yo... No lo sé ¿Cuánto tiempo estuve aquí? ¿Puede explicarme que pasó?


— Está bien. Lo que sufriste fue un accidente automovilístico que te introdujo a un coma de tres años, Aaron. Por lo que me explicó tu abuela estaban yendo a un partido de fútbol cuando chocaron.

Coma. Tres años. Accidente. Coma. Tres años. Accidente.

 

— ¿Quiénes eran esos dos chicos?


— Aaron


— ¡Dígame!


— Escucha... — Suspiró. – Lo que estas sufriendo es una amnesia post—coma. Mucha información de golpe puede hacerte mal. Prometo responder todas tus preguntas pero primero hay dos personas que quieren verte. Estuvieron aquí desde temprano preguntando por vos. – Él se paró y antes de abrir la puerta me miró. — ¿Quieres verlos o les digo que vuelvan más tarde?


— Que pasen.


El doctor sonrió y salió de habitación.


No sabía quiénes eran los que entraron a mi habitación. Un niño de cabello rubio y una adolescente de cabello castaño entraron a la habitación junto con el doctor Freeman.


— ¡Aaron! – Dijo la chica sonriendo. Ella casi corrió a mi lado. — ¿Estas bien? Oh dios, no puedo creer que al fin te encontré.

Un Amigo "Especial"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora