Un Amigo "Especial"

Parte III

— A-Aaron. – Miré por última vez a ese hermoso chico que me amaba por quien era. – Es Will... No puedo dejarlo solo con mis padres. Tú-ú los conoces, el estará solo y no tendrá como protegerse. Mi padre podría dañarlo y tengo que lograr sacarlo de allí. No puedo dejarlo Aaron... — Él tenía su cabeza mirando al suelo. Me sentía horrible, iba a dejar a la única persona que me entendía, sola, en medio de la nada. Estaba siendo una mala persona –muy cruel, vil y mala persona— pero no podía dejar a mi pequeño hermano sufrir a las manos de mi padre. — ¿Aaron?

— Ve.

— ¿Qu-é?

— Ve. No tienes mucho tiempo y Will estará esperándote. – Sonrió a medias mientras me acercaba al portal. – Solo hay una manera de que volvamos a encontrarnos...

— ¿Qué? ¿Cuál?

— Que me encuentres en el mundo real.

¿Qué lo encontrara en el mundo real? Pe-pero... ¿Cómo lo haría? Ni siquiera sabía dónde había nacido, de donde era, si estaba muerto, si vivía. Debía acomodar mis pensamientos o mi cabeza empezaría a latir.Me acerqué al gran arco de luz y volteé. Aaron estaba mirándome, sonriendo. Como si nada de esto estuviera sucediendo. Su hermosa sonrisa... Él confiaba de mí, confiaba en que lo encontraría. No resistí a mis impulsos y corrí hacia esa persona que juntó cada parte de mí y la reparó, salté sobre él y lo besé. Lagrimas amargas bajaban por mis mejillas, no soportaba la idea de no volver a verlo. Primero tenía que resolver mis problemas y ahí lo buscaría. En ese momento una frase de mi canción favorita apareció en mi mente:

                                                                  "..I'm out of sight, I'm out of mind, I'll do it all for you in time, and out of all these things I've done I think I love you better now.."

Estaba fuera de mi misma, lo arreglaría y recién ahí podría amarlo correctamente. Debía salvar a Will de ese infierno, no podía dejarlo solo. Me separé de Aaron y caminé hasta el gran arco de luz. El arco podría ser de unos dos metros –No voltees.— parecía una gran puerta. Ya estaba lista, —No voltees.— estiré mi mano –No voltees.— y me voltee una última vez. Aaron me observaba sonriendo mintiendo con una sonrisa en su rostro. Y así fue como me adentré a la gran puerta luminosa, abandonando a mi primer beso.

. . .

— ¡ELLE! ¡ELLE! ¡VOLVISTE! – Gritaba mi pequeño hermano.

— Ho-hola Will... 

. . .

Mi vida desde ese momento mejoró. Desperté sin ningún problema mental o de amnesia como creían los doctores del hospital, le conté todo lo sucedido a Will. Recuerdo su cara de felicidad al escuchar que la única manera de volver a ver a Aaron era encontrarlo en la vida real. Empezó a hacer miles de planes para buscarlo y encontrarlo. Esa semana que pasé en el hospital para reposar la utilicé para buscar información sobre como alejarme –junto con Will— de nuestros padres. No permitiría que ellos volvieran a colocar una mano en mi pequeño hermanito. La situación con ellos ya había acabado. Gracias a un abogado, terminé todo el papeleo necesario rápidamente para denunciarlos por maltrato infantil y para pedir una emancipación de nuestros padres. Apenas me dieron el alta se realizó el juicio, éste fue un completo éxito, ahora mismo estábamos terminando de desempacar las cosas en el pequeño departamento que el estado nos pagaría hasta que termine mis estudios y pueda trabajar. Lo más importante era que estábamos juntos, Will estaba más contento que nunca. Nuestros padres tenían prohibido acercarse sin un permiso de parte de los jueces. Ya no volveríamos a ser golpeados ni maltratados.